Perdidos en revistas, periódicos o ediciones inencontrables estos «retratos» de Ricardo Garibay se reúnen por vez primera. Hacerlo involucró un acto de elemental justicia literaria, de pertinente oportunidad editorial que denunció Carlos Monsiváis. El autor, insaciable en su afán de llenar cuadernos en blanco con relatos y novelas escritos con impaciente caligrafía, «casi» los había olvidado, por poco los condena a la sombra indiferente. Aquí el lector tendrá la oportunidad gustosa de encontrarse con un Garibay poco conocido pero igualmente siempre familiar, casi el de siempre; con un Garibay más suelto —a lo mejor: más relajado de ansiedades—, más espectador hiperactivo que horadó su memoria y osamenta con cuanto gesto, frase, historia, actitud, enseñanza, recuento, hecho inédito quiso endilgarle a esas vidas, las de otros que son finalmente la suya; más capaz de conmover y sorprender por la comodidad con que Garibay juega a ser ambiguo y explicar con pocas palabras lo grave o intenso de lo que se calla en estos retazos de una vida. Relatos fragmentarios pero cuajados, estas vidas son biografías que no son biografías, son crónicas que no son crónicas; en ellas, con ellas, se impone la realidad verbal; la forma por sí sola tiene un significado. Y Agustín Lara necesariamente Agustín Lara; y Emilio Uranga, Rubén Olivares, el Púas, Gustavo Díaz Ordaz, Carlos Pellicer y un buen número más. Son paseos —repasos— calculados por la vida en el esplendor de cómo se ve vivir; qué provoca y a quién provocan esos lances vitales que con algo de narración, otro tanto de poema en prosa y un poco de autobiografía fragmentada, atrapa el Ricardo Garibay que mira, escucha, recuerda, se revuelve, nos revuelve, nos contagia su asombrada provocación.
ACAPULCOAgudo observador de la naturaleza humana y dueño de una prosa llena de brío y vehemencia, Ricardo Garibay nos entrega en este libro una visión panorámica de Acapulco, la cual t BEBER UN CÁLIZ«Beber un cáliz» no pertenece a las corrientes habituales de la literatura. No es cuento, no es novela, no es poema en prosa: es un testimonio verídico sobre el dolor de ver co CÓMO SE GANA LA VIDAOficios y chambas: sparring, becario, modelo, inspector, guionista. Atmósferas y escenografías: oficinas de gobierno, restaurantes de postín, burdeles, parroquias de barriada, CÓMO SE PASA LA VIDA«De 70 a 73 publiqué capítulos o entregas quincenales de una especie de diario literario que murió de cansancio y buen sentido. Esas entregas hoy reunidas dan materia a este li DE VIDA EN VIDAPerdidos en revistas, periódicos o ediciones inencontrables estos «retratos» de Ricardo Garibay se reúnen por vez primera. Hacerlo involucró un acto de elemental justicia liter EL GOBIERNO DEL CUERPOHistorias que van desde lo erótico hasta la más inmediata realidad social, las de los seres que pueblan este volumen caleidoscópico están perfectamente adecuadas en forma y con FIERA INFANCIA Y OTROS AÑOSRicardo Garibay, escritor mexicano, estudió derecho en la UNAM. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1952-1953). Ejerció el periodismo durante muchos años y escribió LA CASA QUE ARDE DE NOCHELA CASA QUE ARDE DE NOCHE es una historia de amor. De anécdota, estructura y lenguaje ajustados con precisión impecable al «tempo» narrativo que el autor se propuso, los person LÍA Y LOURDESEl mejor escritor es aquel que ha convertido su vida en tema literario. Una vez que el escritor se ha convertido en personaje literario acaba por hermanarse con sus propios per PAR DE REYESVeintisiete años pasaron para que Ricardo Garibay terminara «Par de reyes», la historia de Reynaldo y Valente de Hierro, dos hermanos que ven morir a su padre en una emboscada PEDACERÍA DE ESPEJORicardo Garibay asume la literatura con un «testimonio de vivir». Su escritura se nutre de múltiples recursos. Es, sobre todo, un novelista, un cuentista, un cronista de ambien TREINTA Y CINCO MUJERESHistorias intensas, candentes, dolorosas, bellas; breves ráfagas cargadas de transparencia e ironía que el lector va reconstruyendo a partir de un lenguaje de sutilísimas insin