Tengo veintiséis años, dos empleos, y unas amigas muy locas que me animan a regar la hierbabuena ahora que aún soy joven y atraigo al sexo opuesto. Lo que ellas no entienden es que en mi imaginación (para complicarme más la existencia escribo historias de amor) me veo del brazo de un tiarrón del norte. Pero no del País Vasco, sino de tan arriba del mapa que ni le entienda cuando, entre besos húmedos y apasionadas caricias, me susurre cosas como «Mo ghraidh» o «tha gaol agam ort»… Las fanáticas de Outlander sabéis por dónde voy… Yo lo que quiero es un highlander para mí solita. Y resulta que cuando lo encuentro, pues que sí, que me mantiene todo el jardín en flor, pero también es un mentiroso y un manipulador. Así que aquí estoy, en un nuevo trabajo que me va a costar la salud, con una novela a medias, y muy desatendida en ciertos aspectos que ahora que los he catado, me parecen esenciales. Y encima lo estropeo todo enamorándome de ese escocés de pacotilla. SI ES QUE MI VIDA DA PARA UNA NOVELA… LA CUESTIÓN ES: ¿QUERRÍA LEERLA ALGUIEN?
A UN BESO DE PERDERTEA veces para curar tu alma rota solo hacen falta unos besos con sabor a confianza. Lariel nunca imaginó que cuando asistiría a aquella fiesta benéfica en el Waldorf Astoria en CÁLLATE Y BÉSAME, TONTOLlega la segunda entrega de «El club de los seductores». La continuación de la serie romántica histórica que los lectores de Raquel Mingo estaban esperando. Una mujer indomable NO PIENSO MORIRME SIN CATAR A UN HIGHLANDERTengo veintiséis años, dos empleos, y unas amigas muy locas que me animan a regar la hierbabuena ahora que aún soy joven y atraigo al sexo opuesto. Lo que ellas no entienden es NO PUEDO DORMIR CONTIGO, CARIÑOLlega la segunda entrega de la serie «Los peligros de enamorarse de un libertino» con la historia de Helailla y Keylan. Unas inocentes partidas de ajedrez... que se volverán mu PARA HACER CONTIGO LO QUE QUIERAEl marqués de Rolagh sabe muy bien qué papel juega su esposa en su vida. Ella es el pequeño y afilado bisturí con el que seccionará la carótida de su más encarnizado enemigo, e PROMETÍ DESTRUIRTE, AMOR¿Es posible ordenarle al corazón que deje de sentir? ¿Prohibirle enamorarse? ¿Negarle el deseo de ser correspondido? Se puede intentar acallar la pasión, el ansia, incluso el p TÚ TAN HIGHLANDER Y YO DE CHANELÉrase una vez… No, así no. En una decisión trascendental… Tampoco, nena. Salí por patas… Para ser de letras, esto lo empiezas fatal. A ver, Natalia, céntrate. He dejado en stan