A estas alturas, ya deberíais saber que soy Adriana, la última de las Tres Solteras de Oro y la única que no ha encontrado a ese maromo impresionante, empotrador nato, que pondrá mi mundo del revés. Y menos mal, porque para arruinarme la existencia ya me basto yo solita. Mi vida amorosa se parece bastante a la de los tíos: hago lo que quiero, cuando me apetece y con quien me da la gana. Solo tengo una norma: nunca repito. Entonces, ¿por qué Al Reilly ya me ha hecho gritar de placer media docena de veces? No solo pertenece a mi círculo de amigos, sino que además es arrogante, soporífero y, para más inri, se niega a admitir que no soy tan golfa como aparento. Pues solo quedo yo, ¿no? Aldren, el aburrido, el tercer Pichabrava, y el que poco a poco se ha ido sintiendo descolgado del grupo. Los años pasan y supongo que las prioridades varían. No estoy en contra de los cambios. A mí me gustaría darme de bruces con la mujer de mi vida. El problema es que la que mi corazón desea no es en absoluto la adecuada, porque… ¿cómo va una chica que nunca duerme dos veces con el mismo tío a soñar con una casa con valla blanca, una pareja de labradores y cuatro mocosos corriendo tras ella?
A UN BESO DE PERDERTEA veces para curar tu alma rota solo hacen falta unos besos con sabor a confianza. Lariel nunca imaginó que cuando asistiría a aquella fiesta benéfica en el Waldorf Astoria en CÁLLATE Y BÉSAME, TONTOLlega la segunda entrega de «El club de los seductores». La continuación de la serie romántica histórica que los lectores de Raquel Mingo estaban esperando. Una mujer indomable NO PIENSO MORIRME SIN CATAR A UN HIGHLANDERTengo veintiséis años, dos empleos, y unas amigas muy locas que me animan a regar la hierbabuena ahora que aún soy joven y atraigo al sexo opuesto. Lo que ellas no entienden es NO PUEDO DORMIR CONTIGO, CARIÑOLlega la segunda entrega de la serie «Los peligros de enamorarse de un libertino» con la historia de Helailla y Keylan. Unas inocentes partidas de ajedrez... que se volverán mu PARA HACER CONTIGO LO QUE QUIERAEl marqués de Rolagh sabe muy bien qué papel juega su esposa en su vida. Ella es el pequeño y afilado bisturí con el que seccionará la carótida de su más encarnizado enemigo, e PROMETÍ DESTRUIRTE, AMOR¿Es posible ordenarle al corazón que deje de sentir? ¿Prohibirle enamorarse? ¿Negarle el deseo de ser correspondido? Se puede intentar acallar la pasión, el ansia, incluso el p TÚ TAN HIGHLANDER Y YO DE CHANELÉrase una vez… No, así no. En una decisión trascendental… Tampoco, nena. Salí por patas… Para ser de letras, esto lo empiezas fatal. A ver, Natalia, céntrate. He dejado en stan