TONY WANTON : SUEZ
El por qué, no habría sabido explicárselo en aquel momento, pero lo cierto, era que a Cullie K. Pyle, le iba resultando fastidiosa la persecución de que le hacía objeto aquel zambo de los demonios. Entreabrió los párpados un segundo para mirarle, y volvió de nuevo a embutirse en el sillón, con los ojos cerrados, mientras desfilaban por su mente caravanas de camellos, largas filas de palmeras, veladas mujeres con los ojos más negros que el pelo, y este bastante más que la conciencia de cualquier judío de los muchos que llevaba vistos en los bazares de El Cairo. La terraza del «Sheapeard’s» se le antojó pequeña en aquel instante a causa, de la cantidad de tipos que iban reuniéndose allí, miembros sin duda de la Liga Árabe, y que parecían haber establecido su cuartel general en aquella parte del famoso hotel.
ACORRALADO
Aquello estaba oscuro como boca de lobo. Era un recodo estrecho, desprovisto de luz, iluminado tan solo por un farol mortecino que se encontraba en la esquina norte y que se en
LA ZORRA DEL DESIERTO
Lentamente elevó la cabeza, alzando la frente, hasta quedar con los ojos fijos en el cielo purísimo y azul que se le ofrecía tachonado de estrellas. Una luna, blanca, de agudos
M.I.5
El motor empezó a fallar de una manera alarmante y el coche se detuvo. Se había quedado sin gasolina. Sidney Philby salió del baquet y, prendiendo fuego a un cigarrillo, comenz
OSCURO DOMINIO
Se abrió paso, a empujones, hasta llegar al comptoir. Era un hombre pequeñito, seco, de escurridas facciones, tostadas por el sol, en las que brillaban un par de ojos de un azu
SERVICIO ESPECIAL
De la ventanilla en sombras surgió un brazo armado, y variaslenguas de fuego taladraron la oscuridad a la vez que sonaban apagados ecos,amortiguados por los estrepitosos ruidos
SUEZ
El por qué, no habría sabido explicárselo en aquel momento, pero lo cierto, era que a Cullie K. Pyle, le iba resultando fastidiosa la persecución de que le hacía objeto aquel z