Natalie: Tras pasar un verano aquí con mis abuelos cuando tenía nueve años, supe que Green Valley era el lugar perfecto para mí. Mi futuro hogar. Así que, veinte años después y tras haber superado un cáncer, lo primero que hago tras recibir el alta es poner rumbo a la preciosa ciudad de casitas blancas situada en la orila de un lago en mitad de los bosques de Alberta, Canadá. Lo que no esperaba era encontrarme un Lobo Cambiante herido en mitad de mi nuevo jardín, ni la pasión que ese hombre desataría en mí. Ewan Wolf tiene claro que yo soy su Compañera, y mi sangre me dice que el Lobo está en lo cierto, y que él es tan mío como yo soy suya. Ewan: En cuanto mis ojos se posan en ella lo tengo claro: Natalie es mi Compañera Predestinada. Que la primera vez que la vea yo esté en mi forma animal y mi maldito Lobo quiera abalanzarse sobre ella y marcarla como mía es bastante evidencia al respecto. El destino la ha traído hasta a mí, y aunque yo sea un cabrón y no la merezca, no estoy dispuesto a renunciar a intentar que me acepte como parte de su vida. No soy bueno con las palabras, pero con la manera en la que me mira, quizá no las necesite para seducirla.