E. S. PASCUAL : ABIOGÉNESIS
Dan Cole abandonó la cabina-biblioteca, dejando el libro en la estantería. Suspiró, encendió un cigarrillo y salió luego al pasillo; al comprobar que la puerta de la cabina de la doctora Maly estaba entreabierta, se detuvo. Sonrió. Dan Cole era alto, moreno, de aspecto simpático y abierto. Tenía treinta años recién cumplidos, pero parecía bastante más joven, quizá por el aire aniñado que no podía evitar. Iba vestido, como los demás ocupantes de la astronave «Washington IV», con una simple «combinación» o «mono», de color azulado y de material plástico, fresca y reposante, especialmente concebida para él viaje cósmico y que había sustituido a los pesados trajes que llevaron durante el tiempo de la desgravitación.
ABIOGÉNESIS
Dan Cole abandonó la cabina-biblioteca, dejando el libro en la estantería. Suspiró, encendió un cigarrillo y salió luego al pasillo; al comprobar que la puerta de la cabina de
EL ESLABÓN DE LOS NONATOS
No solía detenerse en el salón. Al salir del baño, tomaba el frugal desayuno en la cocina, donde se lo servía Harold —costumbre que había adquirido durante su estancia en los E
UN MARCIANO LLEGA A BROOKLYN
En realidad, soy una criatura tranquila, un marciano pacífico que se ha mantenido apartado, dentro de lo posible, de esa corriente que empuja a nuestros jóvenes «dextros» a vag