CLARISSA. El nombre del jefe era un misterio. Pero a juzgar por el entorno opulento, era asquerosamente rico, con gustos impecables. Al día siguiente, me mudé a su impresionante propiedad de Malibu e instantáneamente pasé de ser una pobre graduada en historia del arte a vivir con estilo. Mi nuevo jefe me debilitaba las rodillas. Aidan Thornhill era increíblemente guapo. Entonces, una noche en su yate, le di mi inocencia, y a partir de allí caímos a una lujuria desenfrenada y desgarradora. Me habían advertido que no me enamorara de él, y cuando surgieron secretos y chismes sobre su oscuro pasado, no sabía a quién o qué creer. De repente me enfrenté a la decisión más difícil de mi vida... ¿Debería huir de este romance de cuento de hadas y el empleo soñado, o arriesgar mi corazón al permanecer en los fuertes brazos de Aidan Thornhill? AIDAN. Clarissa Moone me dejó sin aliento. Con los botones amenazando con salir disparados de esa camisa ajustada que llevaba, tenía el tipo de curvas que mantenían a un hombre despierto toda la noche. La inocencia era lo último que esperaba de alguien tan hermosa y sensual. Tenía dos reglas de oro cuando se trataba de sexo: nada de empleadas y nada de vírgenes. Pero las reglas están destinadas a romperse, ¿No es así? En lugar de huir, tomé el control. Ella me dio su inocencia, y yo desaté algo deliciosamente sucio en ella. Nunca esperé enamorarme. Pero me había vuelto adicto. No podía alejarme... ni siquiera por una noche. Entonces entró mi feo pasado, amenazando con destruir todo lo que había construido. Estaba preparado para perderlo todo... pero no a Clarissa.