“¿Por qué tengo que vivir al lado de un gran tipo cuando no puedo ser más que una vecina con beneficios?” Me ha costado mucho llegar a tener mi propia casa y estoy realmente feliz. Quizás conocer a mis vecinos sea el siguiente paso. ¡Santo Cielos! El tipo de la puerta de al lado es un hombre guapísimo. Pero un grosero. No me mira y no es gentil. Sin embargo, su hija es un encanto, carismática e inteligente. Ella es una energía única, su padre, se derrite ante ella, y ¿quien no?... Así poco a poco termino cenando junto a ellos. Podría acostumbrarme a esta rutina, a este hombre tan protector. Su distancia corporal no tiene que ver con la de su mirada, que me devora cada vez que puede. Cedería a sus encantos por probar lo que se siente tener alguien como él. Llegar a un acuerdo para ser vecinos con beneficios parece lo indicado. Lo que no sé, es si seré capaz de mantenerlo así, todo de él me mantiene alerta, húmeda y sonriente. Su solo roce me saca de todo lo que conozco y solo puedo querer mas y mas… Quizás no tenga sentido continuar con un juego que no sé jugar y del que puedo salir realmente herida…