Ludwig Feuerbach (1804-1872) inició una de las grandes corrientes del pensamiento contemporáneo: el humanismo ateo. Partiendo de la filosofía clásica alemana, y en particular del hegelianismo, no tardó en reaccionar contra su abstracción deshumanizada, y en rebelarse contra el prestigio académico de la especulación sistemática. Deseaba ante todo rescatar la integridad existencial del ser humano, y para ello se enfrentó a lo que entendía como función alienadora de la religión. El enfoque nuevo que aportó en su estudio de la relación del hombre con lo sagrado originó la antropología de la religión, uno de los mayores intentos de repensar la consciencia religiosa de Occidente según una perspectiva específicamente humana. Manuel Cruz «(Director de la colección)»