Duke O’Hara hizo una pausa. Estaba a la cabecera de la mesa, de pie. Tenía ya cincuenta años y era robusto, de fuerte constitución, cabello rojo encrespado, cejas espesas y ojos de un color verde que ahora destellaban intensamente. La cena había sido pródiga en manjares y en licores. Los hombres habían reído con las mujeres que habían traído consigo o con las que el propio Duke O’Hara les había obsequiado. El lugarteniente del norte, Bruce Meyer, se levantó de la silla. Era un tipo de mejillas chupadas y sienes hundidas.
A LA CAZA DE UN MARIDOSí, Sherry Merry. Tienes dinero porque la granja que heredaste de tu tío resultó ser la tierra más petrolífera de Texas. Y con los millones de dólares que el petróleo te ha pro A UN PASO DE LA FOSAEl sheriff Steve Cramer apretó el gatillo un par de veces y los estampidos atronaron la calle Mayor de Jacoma. Varios vecinos se asomaron a las ventanas, y los últimos clientes ADIÓS A UN PISTOLEROEl cielo arrojaba cataratas de agua sobre la tierra. Los tres jinetes fustigaron sus caballos y éstos descendieron rápidamente por la colina. Al llegar a la cumbre, un relámpag ADIVINEN QUE B. B. VIENE A MATARMEMe había hecho firmar una declaración previa y luego me pasó al cuartito de los tormentos. Y allí me había enfocado con una maldita lámpara que me deslumbraba porque dijo que m AFICIONADO AL ASESINATORex Anderson vio entrar a la pelirroja por la puerta del hotel y se quedó con la boca abierta.Era sensacional, una pelirroja como no había visto otra desde que conoció a Wanda, AHORCARME NO ES UNA CORTESIAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, AL SERVICIO DEL DIABLOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, AL SUR DE RÍO BRAVOEl mercado ocupaba la plaza de la iglesia de Lucero. Los vendedores mexicanos pregonaban a voz en cuello desde sus puestos. Los que voceaban con más fuerza eran los ambulantes AL SUR DEL INFIERNOEl sheriff entró en la celda y dijo: —Le llegó la hora, muchacho. Del camastro emergió la figura de un joven de barba crecida, cabello rubio, ojos verdosos y rasgos faciales si ALGUN DÍA VOLVERÉKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ALIAS «EL LECHUZA»El pito sonaba rítmicamente en el amplio patio del Correccional de Adolescentes Femeninos. Era la clase de gimnasia. Las muchachas se movían al compás del pito y reproducían lo AMENAZA SOBRE EL VALLELas ruedas de la galera resbalaron por la pendiente, pero los gritos roncos del hombre que se balanceaba en el pescante y el restallar del látigo sobre los lomos de los dos cab AMORES CON UN FORAJIDO—Te quiero, Johnny, te quiero... —dijo Linda Lake y besó apasionadamente la boca de Johnny Huber. Linda era la hija de Raymond Lake, el más rico ranchero de la comarca de Elisw AÑO 2.000: FIN DEL MUNDOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. AÑO 2000: FIN DEL MUNDO Frank había cogido otro periódico. De pronto ANOCHE VÍ UN ESPECTROPatsy Leeds vio el andén de la estación de Bedford a través de la fina lluvia. El andén estaba desierto. Nadie había ido a recibirla, pero eso era lógico, puesto que no había a ANTES DE QUE MUERASRaymond Duc ya había terminado de preparar la mesa. Se retiró unos pasos para observarla. Uno de los candelabros no estaba simétrico con respecto al centro de la mesa, pero con ANTI-ESPÍA K-7Gilbert Laffont sabía que había llegado al último trozo de su camino. Le bastaba ver a los dos hombres que estaban frente a él para no tener la menor duda. En unos minutos, est ANUNCIOS PARA LA MUERTEVera Ozenne dejó de teclear en la máquina y levanto la cabeza para mirar al hombre que la requebraba. Al instante sus ojos se agrandaron. —¡Señor Chandler! ¡Por fin reaparece! APUESTA POR UN HOMBRE MUERTOYa lo tenía a su alcance. Ahora no se le podía escapar. Lo había seguido durante largos días a través de aquellas montañas. En un par de ocasiones creyó que al fin podría atrap AQUÍ ACABAN LOS HOMBRESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ARGOS 3 NO CONTESTAEl general Laroque, de la Legión Extranjera Francesa, se acarició el bigote gris mientras seguía con la mirada al avión de transporte que aterrizaba en aquellos momentos en el ASALTO AL BANCO DE YUMAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ASALTO AL TREN DE SANTA FEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ASALTO EN DENVER—Denver es una ciudad maravillosa. Le gustará, señorita Adams. Helen Adams de veintitrés años, morena, bella, sonrió al hombre que le hablaba. Este se había presentado como el ASALTO PARA TRES HOMBRES MANCOSLefty Cameron se dijo que ya había metido en la maleta todo lo que necesitaba para hacer aquel viaje a París. Durante algunas semanas, cuando recibió la invitación, estuvo vaci ASESINATO DE UN DETECTIVEJohn Foster es un detective profesional al que no le van demasiado bien los negocios. Sin apenas clientes, debe a su secretaria bastante dinero, así que se ve casi obligado a a ASESINATO EN AGUAS CALIENTES—Tiene usted que descansar —me dijo el doctor Claude Laurent. —Pero, doctor —repuse—, me encuentro la mar de bien. —Observo en usted síntomas de agotamiento. —Sólo escribo una ASÍ MUEREN LOS ESPÍASLos dos hombres descendieron del auto negro. Uno era alto, un poco cargado de hombros, de cabello negro, y el otro rubio, más bajo, pero con una figura de atleta. Los dos vestí ASÍ SE CASAN LOS PILLOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ASTUTO COMO UN CAIMÁNLa fragata New México atracó en el muelle de maderas podridas y cabeceó como si tuviera prisa por alejarse de aquel lugar. El capitán Morgan hizo una mueca después de desparram ATAÚD PARA UN ESPÍA—¿Quién es la pelirroja? —preguntó Marcel Huard al camarero. —Sólo sé que se llama Geneviève y que dirige una fábrica de bañadores femeninos. —Deberías estar mejor informado pa ATENTADO EN AFRICAEl taxi se detuvo y John Granger saltó a la calle. Iba a cerrar la portezuela cuando la mujer que le acompañaba en la carrera, Brigitte, una francesa de muy buen ver, se lo imp AYÚDAME, PISTOLEROEl superintendente salió por la puerta de la Oficina de Empleos y gritó: —Se necesita un hombre en el rancho de Mac Cloy. Los que estaban esperando en la calle rugieron y se ap BALAS PARA TI, DULZURADormí en el diván y eran las siete de la mañana cuando desperté. Todo estaba en silencio. Me acerqué a la puerta del dormitorio de Rae, que estaba entreabierta y oí su acompasa BALAS PARA UN SHERIFF COJOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, BALAS PERFUMADASERA una pelirroja de las que hacen interrumpir el resuello. —¿No se baña usted, Johnny? —me preguntó. —Estoy resfriado —le dije. —Es una lástima —dijo ella—. Me hubiese gustado BIENVENIDA CON PLOMOEddie Vaney se pasó la lengua por los labios pero no consiguió humedecerlos porque tenía la boca reseca y al mismo tiempo notó la insuperable necesidad de remojar la garganta c BUENA MUERTE, FORASTEROJohn Stuart llegó a Garden Park a las cinco de la tarde. Era la hora que marcaba el reloj colgado en la esquina de la comisaría.Se detuvo un instante y echó una mirada atrás. E CABALLERO DE FORTUNARick Nolan se detuvo ante la puerta en la que, en letras doradas, se podía leer: «Samuel Gaggenhein, agente consignatario», y la abrió pasando al interior de una oficina donde CALEN LA BAYONETAJean Villard, de pequeña estatura, cabeza grande, ojos negros y barba muy cerrada, salió de la tienda de campaña y se puso la mano derecha como visera para guardarse del sol qu CAMINO DE LA FOSA—¿Qué clase de periodista es usted, Hayes? —dijo Sheridan, levantándose sobre la mesa, con el rostro enrojecido. No era una pregunta. Sheridan sabía qué clase de periodista era CAMPANAS DE FUNERALWalt Cameron salió del establo público, donde acababa de dejar su caballo, y al atravesar la calzada escuchó el canto de un canario, que provenía de la fachada del edificio de CARTA DE UN TRAIDORRaymond Duc, agente del Deuxiéme Bureau, se sintió observado por su jefe, el viejo gruñón. —¿Cómo está, señor Duc? —Muy bien —sonrió éste protocolariamente, balanceándose sobre CAVA TU FOSA, MUCHACHALou Bates, estaba tendido en la cama, en paños menores, leyendo los anuncios del diario.Era lo único que Lou leía, además de la página de chistes. En su juventud fue boxeador, CAVIAR PARA UNA ESPÍAJerry Daniels era un aventurero. El mundo está lleno de aventureros, pero hay muy pocos como Jerry Daniels. Jerry era un aventurero del tipo romántico. Sabía combinar el dinero CHANTAJE CONTRA UNA VIUDA—Hemos de matarlo, Hubert. El hombre que así hablaba estaba sentado en el sillón de un confortable gabinete,' el vaso de whisky con cubitos de hielo en la diestra, el humeante CHUSMA SIN LEYRichard Walling, rico granjero de Palmyra (Missouri), desmontó de la silla dejando las bridas de su cabalgadura a un criado negro, y subió rápidamente los peldaños de la escale CIANURO PARA EL ASESINOSheyla Mac Comby pulsó el timbre de la puerta. Se abrió la mirilla y tras ella vio unos ojos que la observaban con detenimiento.—¿Qué quiere? —Oyó una voz ronca.—Hablar con Bur CIEN DÓLARES DE CORAJEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, CITA CON EL ASESINO—Es maravilloso encontrarse otra vez en casa… —dijo Nora Burgoyne. Desde la espaciosa terraza podía contemplar el Hudson, la mancha oscura de las aguas, plateando en los lugare CITA CON UN FANTASMAColette Jourdan dio una propina al botones del hotel que le había subido las maletas, y éste salió del apartamento. Colette exhaló un suspiro de satisfacción. Ya estaba en Lond CÓMO CASARSE CON UN SHERIFF—¿Dónde está la fiera de mi nieta, Tom? —La vi esta mañana pegando una paliza a Jerry Smith. —¿Por qué le pegó la paliza? —Porque Jerry trató de besarla a traición. Madre mía, CÓMO MATAR SIN FATIGARSEJane Calvet salió del cuarto de baño, y vio a su compañera de habitación, Wendy Kent, tendida en el lecho, ensimismada, los ojos fijos en el cielo raso. —¿Qué te pasa, Wendy…? COMO PERROS DE PRESA—¿Cuánto dan por mí, Peter? —Lo sabes perfectamente. —Quiero oírtelo decir, Peter. —Quinientos dólares. —No lo has dicho bien, Peter. Dan quinientos dólares. Pero, ¿por qué te CON EL NOMBRE DE OTROEl tableteo de los disparos de rifle y pistola formó un coro de estampidos que amenazaba taladrar los tímpanos. Alan Stone, sheriff de Buma City, de cincuenta años, gateó por d CORAZÓN DE PIEDRALa lluvia caía con fuerza y la calle principal de Fosterville se había convertido en una especie de río. Steve Dawson se acercó pausadamente a la puerta de la comisaría, y como CRIMEN AL AMANECERLas ruedas delanteras se resistían a salir de la depresión llena de fango y agua. Mark Barrie intentó por quinta vez sacar el automóvil del atolladero. El motor zumbó, con teda CRIMEN EN CASA DEL SENADOR—Eh, Johnny, ¿adónde vas? —Con una rubia platino. El director del «Star» de Nueva York, Rock Hunter, sonrió a John O’Hara, uno de los periodistas que integraban su redacción. T CRIMEN EN EL RINGEl hombre tropezó con la mujer que salía cargada de paquetes por una puerta. Ella dio un grito porque estuvo a punto de caer en el suelo, pero dejó los paquetes y logró apoyars CRIMEN EN UNA NOCHE DE VERANOJerry Wallace y Bill Lewis eran socios y amigos desde hacía cinco años. Tenían una oficina como agentes de asuntos varios en la calle. 62, Oeste, de Nueva York. Compartían tamb CRIMEN FUERA DE TEMPORADAHabía elegido el momento adecuado. Al menos eso creía ella. Thelma estaba tendida en el sofá de mi despacho. Yo la abrazaba y nuestros labios se habían unido por tercera vez. H CRIMEN PARA SUPERSTICIOSOSDuke Martin terminó de peinarse frente al espejo. Se acercó a la cama donde dormía su amigo Lou Bates y le zarandeó. —Eh, Lou, despierta. Lou abrió los ojos y se los restregó. CRIMEN PARA UNA EMBUSTERA—Éste es el bebé llorón, señor Allen, el muñeco más ingenioso producido por los geniales hermanos Bristol y Bristol, de la Compañía Bristol de Juguetería. Mientras decía eso, N CRIMEN PARA VIOLONCELOEn el despacho del alcaide de la prisión, Edward Sheridan, se encontraban tres personas. Una de ellas era el propio alcaide, la segunda Cornell Gaskin, primer ayudante del fisc CRIMEN PARA YE-YESEn aquel momento oí que la puerta se abría. Miré hacia allí y quedé asombrado. Acababa de entrar la esclava a la que se refería la historia de Schehrezade. Dejé el libro a un l CUADRILLA DE TRUHANESEl indio, de ojos astutos y ropas sucias, tocó suavemente el brazo de Bruno Gay. Éste, que conversaba en la acera con un par de amigos, giró la cabeza, y al contemplar a quien CUANDO LOS REVÓLVERES BRAMANJack entró en el bar y sólo vio a un hombre que hacía la limpieza tras el mostrador. Se pasó la mano por la cara y observóse la palma sucia de sudor y polvo. Volvió la cabeza h CUATRO ASESINOSJames Breson entró en la calle mayor de Crosville cuando el sol de mediodía lucía con fuerza. Miró a lo largo de los soportales, pero estaban desiertos. Tal vez se debía a que CUATRO DESESPERADOSA Mike White le quedaban tres días de vida. Lo iban a ahorcar. Ésa había sido la sentencia del juez. Sería colgado hasta que el alma abandonase su cuerpo. Así acabaría su carre CUATRO HACIA TEXASCaía el sol de plano. Jim Kendall se pasó el dorso de la mano por la sudorosa frente y quedóse mirando al saloon. Bien, había llegado a su destino. Le había costado mucho llega CUATRO MUJERES JUSTASEl subastador dijo: —Damas y caballeros, ahora tengo el gusto de ofrecerles un lienzo firmado por Monteverdi, de la escuela de Rafael. Una verdadera joya. Se trata de un estudi CUCHILLO AL CUELLOEl relato que va a leer el lector está basado en hechos verídicos. Todo ocurrió tal y como se dice aquí. Naturalmente los diálogos pudieron ser otros, pero el autor ha tenido e DEL MISMO PELAJEBurt Warren cabalgó por la polvorienta calle Mayor de La Mesa, territorio de Nuevo México. Eran las tres de la tarde y sólo vio en las aceras a unos cuantos mejicanos que dormi DELICIOSA RECOMPENSAAlan Marvin entró en el saloon. —¿Dónde está? ¿Dónde está? —rugió. Alan Marvin era alto, fornido. Tenía los puños cerrados y sus ojos, de color verde, brillaban mucho porque es DESAFÍO A UN SHERIFF MANCOEl *sheriff* de Pulver City, John Murray, estaba sentado tras de la mesa de su oficina leyendo un periódico, *El Centinela*, que se publicaba en su ciudad. Los titulares decían DÍA VIOLENTOEl sheriff de Yucca, Nelson Kelly, arrodillado tras un barril, observó la casa de enfrente, el almacén de Thomas Landry. La puerta estaba cerrada, pero arriba, en las ventanas, DIENTES DE LOBOJohn Grant silbaba una canción hacia Silver City. De repente oyó un quejido. Tiró de las bridas del caballo y miró hacia la izquierda. Cerca de un árbol había un hombre tendido DINERO MALDITOYo estaba contemplando la foto de Miss Universo, y lo hacía en la actitud adecuada. Sentado en la silla, con los pies sobre la mesa, suspirando profundamente. Y en ese instante DISPARANDO COMO UN RAYOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, DOCTOR «WHISKY»—Párese y levante las manos, amigo. Chester Graham oyó aquella voz cascada que le llegaba por detrás y tiró de las bridas del caballo. Luego, levantó los brazos. A sus espaldas DOS BUZOS EN EL OESTELos tres jinetes se movían acompasadamente sobre las sillas y en sus rostros se reflejaba el buen humor. El jinete del centro llevaba un extremo de la cuerda atada a la pera de DOS HOMBRES TEMERARIOSGeorge Miller, marshall de Center City, dio un respingo en la silla al oír que la puerta se abría con violencia. Y dio otro respingo al ver al desconocido que se colaba por el DOS LOCOS FORAJIDOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, DOS MIL DÓLARES POR MI PIELKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, DOS MUJERES Y UN MULOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, DOS TIPOS DE CUIDADOEl sheriff de Peonía City, Charles Jones, respiraba optimismo por todos sus poros. Naturalmente, tenía sus motivos. Todo había salido a la perfección. Hacía un rato, había sido DOS «GUN-MEN» CON SUERTELee Roberts tiró de las bridas a la entrada del pueblo de Losa Fría. Por fin había llegado a su destino y ahora sintió un escalofrío en la espalda. Aquél era el terrible lugar DUELO EN LA CALLE MAYORSonó un disparo y de pronto el caballo se desplomó herido de muerte, arrastrando al jinete que lo montaba, el cual dio varias vueltas en el suelo, sobre el polvo. Por fin, cuan DUELO EN LA LLANURAEl sol enviaba sus rayos devastadores sobre la llanura roja. Dos jinetes cabalgaban levantando una gran polvareda a su paso. Uno de ellos arrastraba atado a la silla a un hombr DUELO EN MEXICOFred Kenner soltó una risotada y miró al jinete que cabalgaba a su lado. —No me equivoco, Joe —declaró—. Las mexicanas son las mujeres de más temperamento del mundo. Seguro que DUELO EN PASO ROBLESEl viejo Slim Baker descubrió a Pinky Tucson cuando la joven colocaba unos cajones sobre la plataforma de un carro y su corazón empezó a latir más aprisa. Limpióse los bigotes, EL AHORCADOFrank Hummer introdujo la llave maestra en la cerradura del apartamento número ocho. Abrió la puerta un par de dedos y oyó un ronquido en el interior. —Lo que me figuraba —dijo EL ALARIDO DE ALLÁ ARRIBAEl paciente abrió y cerró los ojos varias veces hasta enfocar a Debra. —¿Quién es usted? —Su enfermera. —¿Una enfermera?… ¿Cómo he llegado hasta aquí?… Oh, mi pecho, me duele… EL AMBICIOSOManuel apretó los puños sobre el mango del azadón. Los cinco jinetes seguían acercándose. Los hermanos García, Joaquín y Manuel, conocían bien a los empleados de Robert Connors EL ASALTO MÁS GRANDE DE LA HISTORIAEl general Glen Reisner, del Ejército de los Estados Unidos de América, conducía su automóvil en la noche de Nueva York. Corría el mes de enero. Había nevado intensamente dos d EL ASALTO SERÁ A LAS DOCEJERRY NAPLES canturreó al colocar el vehículo bajo los primeros árboles del camino, feliz por encontrar buena sombra. Para acabar de animarse sacó una botella de debajo del pes EL ASESINO DE LA RIVIERA—Te adoro, Valerie. —Y yo también te adoro a ti, Armand. Unieron sus labios. Se habían casado el día anterior. Era su primer despertar como marido y mujer. Ocupaban una suite e EL ASESINO TIENE OTRA CARAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL BARBERO FUE UN VALIENTEEl alguacil Nick Fadow dormía en el sillón de la barbería acariciado por la navaja que más bien parecía el cosquilleo de una pluma. Despertó bruscamente al escuchar una voz bie EL BOTÍN DE LOS BUITRESPat Fisher, sheriff de Ropesville, estaba contemplando la fotografía que se insertaba en la primera página de El Clarín de San Luis, diario al que estaba suscrito y que le lleg EL BRUTO Y LA DAMAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL CANTO DEL CUERVOGuy Clyde estaba escribiendo a máquina. Sus dedos golpeaban con ritmo las teclas. Se encontraba solo en la habitación. De pronto el teléfono se puso a sonar. Guy interrumpió su EL CEBOMatt Foster, director del Star, de Los Angeles, pegó un puñetazo en la mesa y dijo: —¿Dónde está James Baxter? El hombre que estaba al otro lado de la mesa, el redactor jefe, C EL CIANURO ES COSA DE MUJERESEn Nueva York estaba nevando. Frank Darren tenía frío pero, sobre todo, tenía hambre. Se había detenido ante el ventanal de un restaurante. El cristal estaba defendido por unas EL COLECCIONISTA DE MUJERES¿Quién cree usted que ganará el título de Miss Europa, señor Ferniot? —preguntó Guy Cordier, redactor del semanario de gran tirada Paris-Dimanche —Hay muchas candidatas —contes EL CRIMEN DE LA CORISTAEl sargento Addison levantó la sábana que cubría el cadáver.Era una mujer de cabello rojizo, treinta y cinco años, bien formada, pero no se podía saber si había sido bella porq EL DEDO EN EL GATILLOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL DESERTOR DE LARAMIEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL DESTINO DE BILLY «EL NIÑO»Keith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL DÍA MÁS INFERNALMonty Bressart, ayudante del marshall de Rocker Spring, entró en la comisaría. Su jefe Stuart Prayton, estaba examinando su arma favorita, la que usaba con más frecuencia, una EL DÍA QUE LOS REVÓLVERES TRONARONKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL ENTROMETIDOBarry Arness bebió el último trago. Apoyó los brazos en el mostrador y observó su imagen reflejada en el espejo. Tenía la cara empapada en sudor y su frente brillaba húmeda y g EL ESTAFADOR—¡Somos ricos, Bill!… ¡Somos ricos! —¿Te tocó la lotería, Sam? —Mejor que eso. Mírame bien. —Ya te estoy mirando. —Estoy podrido de dinero. —No veo que te asome un solo dólar p EL FABULOSO JOEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL FAMOSO GUN-MANLos dos tipos tenían todas las trazas de ser forajidos. Sus ropas estaban cubiertas de sudor y polvo. Uno era grueso y el otro delgado. El rostro del primero era ancho, de ojos EL FANTASMA ESTÁ SERVIDOEl novio estaba esperando a la novia en la escalinata de la iglesia. Era alto, guapo y vestía de smoking. Un coche negro llegó y salieron dos invitados que se aproximaron a él EL FANTÁSTICO RICKYLeo Talking entró como un ciclón en el hotel, y el que estaba en el registro, un tipo rubio, de mejillas sonrosadas, le gritó: —¡Eh usted, no puede entrar aquí! —¿Quién lo dice EL FESTIVAL DEL CRIMENRené Allix tomó la curva, haciendo gemir los neumáticos. Su coche deportivo corría a ciento veinte. Le gustaba la velocidad, le gustaba especialmente ahora que había conseguido EL FINADO NO TE OLVIDAGiulia Martino trabajaba como taquígrafa en el hotel Marco Aurelio de Roma. Tenía otras seis compañeras, y todas ellas estaban al servicio de los huéspedes del hotel. Giulia y EL FRÍO DEL MIEDO—Quiero darte una gran noticia, Laurie —dijo Tony Keenan—. He decidido casarme contigo. Laurie Wilson no pareció muy impresionada por las palabras que acababa de pronunciar el EL GALANTE CABALLERO DE JERICÓKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL GAS-TERRORJay Mitchel, de veintiocho años de edad, moreno, ojos negros, nariz recta y barbilla enérgica, limpió cuidadosamente sus labios con la servilleta, y dejó ésta sobre la mesa par EL GEMIDO DEL VIENTOAnnie Bernard, una chica parisina que trabaja en una oficina, recibe la inesperada herencia de su hermanastro Hugo Copland, fallecido en accidente de coche. Su herencia consist EL GRAN ASALTORex Larson de veintinueve años, alto y moreno, movió el brazo trazando un arco en el aire cuando acabó de contar ocho pasos hacia el centro de la calzada de la calle Mayor de S EL GRANUJA Y LA DAMA—Quiero ese ferrocarril para mí. ¿Lo oyes, Peter? —Sí, señorita Parker. —¡Y lo quiero cuanto antes! —Ya se están haciendo las gestiones, señorita Parker. —¿Qué clase de gestion EL HACHA DEL CARNICEROLa campanilla del teléfono estaba sonando. Lois Cherrill, camarera en el restaurante de la estación de servicio Miramar, entró en la cabina y atrapó el micro. —¿Sí? —Hola, mona EL HEREDEROJohn Maxwell, de veintitrés años, uno setenta de talla, moreno de rasgos faciales duros, frunció la frente al ver salir del dormitorio de su padre al doctor Ready, con gesto pr EL HIJO DE SATANÁSMonty Coleman, el hijo del afamado ranchero Barton Coleman, es un bala perdida que es juzgado y absuelto por el asesinato de un hombre. Su padre ordena a Monty partir durante u EL HOMBRE DE LA CICATRIZEl sol era como una pieza de oro incandescente. Daba la impresión de que iba a estar allí siempre, inmóvil. El viejo Larry Cravat salió de la cantina de Marilyn Presle y miró a EL HOMBRE DE LOS DIENTES DE OROKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL HOMBRE DE MEMPHISApenas la puerta se hubo cerrado tras la última persona que había perdido las esperanzas de viajar en el Robert E. Lee, se abrió de nuevo para dar paso a un hombre y una mujer. EL HOMBRE DE WICHITAJeff Dickson estaba a punto de llegar a las puertas del saloon Princesa, cuando éstas se abrieron de repente y un proyectil humano surcó el aire, cruzó limpiamente la acera y f EL HOMBRE DEL RIFLEGloria Cooper, hija del almacenista de Window Rock, Nuevo México, se estaba cortando el cabello en la buhardilla de su casa. Ya estaba harta de aquellas trenzas. Quería ser muj EL HOMBRE QUE NO ERA NADIEEran las ocho de latarde de un día de febrero. Antes de ponerse el sol había llovido y la callebrillaba, al caer los haces de luz del alumbrado sobre los pequeños charcos. Late EL HOMBRE QUE VINO DEL AÑO 5000Mark Riley es joven, bien parecido, tiene un trabajo envidiable y está a punto de casarse con la mujer más maravillosa del mundo… cuando le detectan un cáncer terminal.Abatido EL JUEZ DE LA SOGABetty Carroll estaba sacando agua del pozo cuando vio aparecer en lo alto de la colina a los tres jinetes. Se apartó el cabello de los ojos para ver mejor. No le parecieron per EL LEGADO DEL DIABLOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL MAGO DEL REVOLVERKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL MEJOR GATILLO DE ARIZONAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL MIEDO EMBOTELLADORaymond Duc, agente del Deuxiéme Bureau, terminó de hacerse la corbata de pajarita frente al espejo. Estaba satisfecho de su bronceado. Lo había conseguido tras cinco días, de EL MIEDO LLEGA A DENVERKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL MOTEL DE LOS FANTASMASElke Faney tuvo que disminuir mucho la velocidad. Estuvo a punto de despistarse en una curva. El coche patinó, pero logró enderezarlo mientras Elke pegaba un grito de terror. T EL MUERTO HABLARÁ A LAS 5Alex Kerrigan, al quedar a solas, se sintió satisfecho. Poseía una gran casa con su jardín, una piscina de agua climatizada. Había llegado a lo más alto. Era un personaje en Nu EL MUERTO SE ESTÁ QUEJANDOWalt Shannon estaba bajo la ducha. Media hora antes había tomado posesión de aquella habitación, la número 124 del hotel Palmera. Sólo había visto de la ciudad lo que vislumbró EL OCASO DE UN PISTOLEROHacía varias horas que los disparos resonaban en Valle Rocoso. Los hombres del pistolero King Mac Carthy estaban rodeados en la cumbre de la colina pedregosa. Cada vez que inte EL OESTE EN LLAMASJay Burke dejó de cepillar al caballo. Se limpió el sudor de la frente con el antebrazo mientras se dirigía al hombre que estaba junto al otro flanco del animal. —¿Sabes lo que EL OJO DEL CÍCLOPELa rubia tenía unas piernas maravillosas. Eso fue lo que Milton Moore dedujo en primer lugar. Pero resultó fácil, porque ésta estaba sentada en un taburete ante la barra. La po EL OJO DEL DIABLOLa bailarina se movía circularmente por encima del pequeño entarimado y sus tacones tableteaban en contrapunto con las castañuelas. De cuando en cuando levantaba una pierna bie EL PADRE DEL PISTOLEROSandy Flower corrió con todas sus fuerzas hacia la primera esquina del pueblo, y al llegar apoyó las espaldas mientras su respiración agitada producía un ronco jadeo. Las rodil EL PASO DEL DIABLOHugh Mitchell observó al jinete que se acercaba hacia el desfiladero y una torva sonrisa arrugó su rostro patibulario. —Ahí lo tenemos, Jim. El llamado Jim tenía el sombrero so EL PERSEGUIDOPedro Sánchez, propietario del Salón Mexicano de Santa Rosa, pegó un puñetazo en el mostrador mientras gritaba: —¡No hay más tequila, Ramón! Me debes siete dólares. ¿Qué iba a EL PINGÜINO ASESINOAnna Shelley comprobó que sus dientes habían quedado limpios y guardó el tubo de pasta y el cepillo en el armario que colgaba junto al espejo. Se arregló el cabello y al termin EL PLANETA DE LAS MUJERES ARAÑAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. EL PLANETA DE LAS MUJERES-ARAÑA Aquellas mujeres con el cuerpo cubie EL PLANETA DE LOS MUERTOS VIVIENTESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Estudió el bachillerato en el instituto “Luis Vives”. Terminado con EL PLOMO SABE AMARGOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL PLOMO Y LA CARNEEl senador James Bentley se hallaba inclinado sobre su escritorio, completamente absorto por terminar aquel informe. Escuchó un ruido imperceptible a sus espaldas, pero no le p EL PODER INVISIBLEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. EL PODER INVISIBLE El Poder Invisible vendrá aquí y yo haré un pacto EL POZO DE LAS DONCELLASEl zorro se aproximó a la trampa y observó al conejo sujeto a un palo. El conejo chilló con los ojos desorbitados al ver al zorro y tironeo del cordel que sujetaba su pata al p EL RANCHO SINIESTROKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL REGRESO DEL MÁS ALLÁKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Estudió el bachillerato en el instituto “Luis Vives”. Terminado con EL REPTIL DEL DESIERTOEn aquel paisaje desolado, Peach Clayton, sobre su corcel, era la viva estampa de la mujer bravía. Alzada la cabeza, bajo los rayos abrasadores del sol, resaltaba la fiera bell EL RESONAR DEL TRUENOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL REVÓLVER DE JESSE JAMESAbe Stone, el pelirrojo, de potentes músculos y casi dos metros de altura, alargó la mano por encima del mostrador y sus dedos acerados atraparon el pescuezo de Jerome Blake, d EL RIFLE DEL DESCONOCIDOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL SÁDICO DE BOSTONMi nombre es Spencer Sutton y nací hace veintiocho años en esta misma ciudad de Boston, donde soy teniente de la Brigada de Homicidios. Según la ficha que consta en los archivo EL SALARIO DEL TRAIDOREl canto de las cigarras y el rumor de las hojas de los árboles se mezclaban con los chasquidos de los puñetazos. Los dos hombres levantaban en la pelea una nube de polvo, que EL SALTEADOR DE TEXASEl carcelero abrió con la llave la puerta de la celda. —Ha llegado tu hora, Morley —dijo. Morley se enderezó. Estaba por los veintiséis años de edad y era moreno, de fuerte con EL SECRETO DE UN AHORCADOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL SÉPTIMO FORAJIDOEl sheriff Rex Hopkins tuvo una extraña sensación al aproximarse a aquella puerta. Sintió que se le secaba la boca al tiempo que un escalofrío le recorría el espinazo. Apretó i EL SER DE OTRO PLANETA«¡Más allá de Angkor, más allá del Mekong, más allá del Se-Nam! Después de pasar las cumbres que tocan el cielo, allí, extranjero, encontrarás a tu «apsara»...» Así empieza el EL SHERIFF MURIÓ A LAS SEISLo iban a ahorcar. Un día más y lo ahorcarían. Todo se iba a acabar para él. Estaba tendido en el camastro pensando en la serie de hechos que lo habían llevado a aquella situac EL SHERIFF QUE TUVO MIEDOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL SHERIFF, LA GIRL Y SU PADREKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL SINDICATO DEL CRIMENUn agente del FBI cuando se disponía a disfrutar de unas merecidas vacaciones es abordado por una guapa joven que tiene un desvanecimiento delante de él y le pide que le lleve EL TESORO DE JOHNNY RINGOLas balas zumbaron en la calle y obligaron al sheriff Anders a gatear por detrás de los toneles apilados frente al bar de Joe. Anders escupió una maldición, apuntó con cuidado EL ÚLTIMO CORREO A TUCSONKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, EL ÚLTIMO TRUCO DE «TRUCOS JOE»—Joe, date prisa —dijo Raymond Caloway—. Es la hora. —Tranquilo, Ray, tranquilo —le contestó el hombre que se estaba disfrazando ante el espejo. Éste era Joe Murray, más conoci EL VALLE DE LAS VÍBORASJackie Blake apuntó cuidadosamente con el «Colt» a la primera de las seis latas que había colocado sobre una roca, y apretó el gatillo. Sonó un estampido y el proyectil rasgó e EL VALLE DE LOS TRAMPOSOSLa casa ardía por los cuatro costados y las, llamas se elevaban harta el cielo en medio de un penacho de humo negruzco que ocultaba a intervalos el sol. Tony Lead se protegió e EL VENGADOREn la población de Silvertown (Arizona) el humilde ranchero Robert Wynn está a punto de ser ahorcado por asesinato después de un juicio amañado. Todas las pruebas parecen estar ELLA PENDÍA DE UNA SOGAMe despertó el timbre del teléfono. Tras soltar una retahíla de imprecaciones, porque apenas hacía una hora que me había dormido, atrapé el auricular.—¿Sí?—¿Steve Bannion?—Yo s EN LA TRAMPAEl timbre del teléfono se puso a repiquetear. Alargué rápidamente el brazo y llevé el auricular al oído. —Hola, nena —dije alegremente porque llevaba media hora esperando aquel EN SU PROPIA REDKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ENCUESTA PARA UN ESCÁNDALOEl alcalde de Unionville, William Nilsson, lanzó una carcajada. —Esto es una bomba… Una auténtica bomba… Su secretario Clark Blood reía también. Cada uno de ellos tenía en las ESCALERA PARA LA HORCACharles Gardner, empleado de la agencia Pinkerton, cruzó un jardín muy cuidado y subió al porche de la casa pintada de verde. —Era un hombre de treinta y cinco años, alto, rost ESE BORRACHO IRLANDESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ESPERANDO UN PISTOLEROGeorge Crane estaba esperando a Virginia Mass, la primera figura del espectáculo de music-hall que actuaba en el teatro Minerva. A George le había costado mucho trabajo consegu ESPÍA A LA ITALIANA—¡Lo he conseguido!… ¡Lo he conseguido! —gritó el doctor Alessandro Martino, un sabio investigador—. ¡Ya está, Vittorio! ¡Ya está! Vittorio, su ayudante, bailoteó ante una mesa ESTA PELEA ES MÍAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, ESTA SOGA NO ES PARA MÍEl *sheriff* Gorik emitió un gruñido de satisfacción, a medida que revelaba la fotografía en la cubeta porque había realizado una buena toma a juzgar por la calidad de la image EVA, MI QUERIDA ASESINAGeo Corey, de sesenta y dos años, accionaba una enorme rueda de afilar con el pie y arrancaba un chorro de chispas del instrumento que tenía entre las manos. De repente, frenó EXPOLIADORES DEL VALLETom Motter recibió el puñetazo en la cara y salió despedido contra las puertas, rozó una de ellas, cruzó limpiamente la acera y por fin rodó varias veces por el polvo, yendo a EXTRAÑOS EN CLIPPER CREEKKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, FALSO COMO UN JUDASBart Lamon canturreaba debajo de la ducha, cuando oyó unos discretos golpes en la puerta, seguidos de la voz tímida del encargado del registro. —Señor Lamon, un par de señores FELIZMENTE ENVENENADOSTeddy Brook había tenido un mal día. En su zurrón solo llevaba un mendrugo de pan, y estaba duro. Se había ofrecido en tres casas para cortar la hierba del jardín, pero las tre FEO ASUNTO PARA UN SHERIFFLou Malone consultó su reloj. Habían pasado casi los sesenta minutos que Carter Wilson había pedido como tregua para estudiar sus posibilidades con el abogado Donald Linton. De FLORES PARA LOS MUERTOSLa herrería se hallaba junto al camino, aislada de las edificaciones del pueblo que quedaban cien yardas más allá. Oliver Caturell, el herrero, abrió las pinzas y una herradura FLORES SOBRE MI TUMBAMi historia empieza el 9 de noviembre de 1955. Eran las tres y media de la tarde y desde mi mesa podía contemplar, a través de la ventana, cómo caían los copos de nieve. El inv FRENTE A FRENTEEn 1877 se promulgó en los Estados Unidos la Ley de Tierras Inhabitadas, según la cual, un particular podía comprar al gobierno mil hectáreas al precio de un dólar veinticinco FUEGO SOBRE TEXASAland Roberts se detuvo y leyó el cartel que había pegado en la pared: «Se compone toda clase de calzado» Oyó un único golpeteo y asomó la cabeza por la puerta que había al lad FURIA ASESINAHabía quedado satisfecho de su viaje. Desde Little Rock enviaría por avión a Nueva York el fruto de su trabajo, treinta folios mecanografiados a doble espacio en los que se ref FURIA EN EL RÍOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, GOLPE DE ESTADO EN ASTRO-GKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Estudió el bachillerato en el instituto “Luis Vives”. Terminado con GUILLOTINA PARA MI CLIENTEEl inspector Marcel Forget salió de la portería seguido de su compañero Daniel Blain. No cambiaron una palabra entre sí. Estaban demasiado acostumbrados a hacer aquella clase d H DE HORROR Y HOMICIDIOSuzanne Ducau se estaba probando bikinis frente al espejo. Sonrió al ver su imagen con aquel modelo, dos trapitos azules con lunares blancos. ¿Cuántas veces había oído decir qu HA MUERTO UNA ACTRIZMarcel Bloch abrió el gran ventanal y salió a la terraza. Desde allí se contemplaba un maravilloso paisaje de Cannes. Suspiró satisfecho. Era eso lo que necesitaba. Un descanso HAY QUE MATAR AL SHERIFFKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, HERMANOS DE LA VENGANZAHud Ballinger, capitán del «Arturus», de ciento doce kilos de peso, cara achatada y boca de labios como salchichas, sonrió placenteramente al contemplar la cubierta de popa. La HIERRO Y PLOMOLos hombres de la sección tres trabajaban a torso desnudo en el tendido del ferrocarril, sobre la llanura, en un terreno semidesértico donde nada más había tierra roja, piedras HISTORIA DE UN DESERTORKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, HISTORIA DE UN FANFARRÓN—¡Te voy a romper las costillas, Bill! —¿Por qué, mujer? ¿Por qué me vas a romper las costillas?—¿Crees que no sé a qué hora volviste anoche a casa?—A las nueve.—¡Sinvergüenza, HOMBRE ACOSADOJimmy Channing corrió desesperado por aquel callejón oscuro.Sus pasos resonaban como un tableteo. Ellos también los oirían y al fin le darían caza. Con este pensamiento se detu HORÓSCOPO: MORIRÁ MAÑANA—Señor Macklin, si se mueve no podré hacer su retrato. —Bueno, ¿por qué no descansamos un poco señorita Pitman? —Pero si no hace ni cinco minutos que empezamos —repuso Alice Pi HORROR EN LA CASA DEL CRIMEN—¡Cielos, éste es el invierno más largo de mi vida! —gimió Lou Bates. Tenía razón para decir aquello porque estaba finalizando febrero y aquel día había caído una gran nevada s INTRUSIÓN EN EL ASESINATO—¡Qué tiempo del infierno! —exclamo Risco Novak mientras echaba a correr hacia los billares de Kit Casey después de haber salido del taxi. Su compañero Frank Mac Milito estaba JONES Y LA BALLENAJesse Jones, de sesenta y dos años, ojillos pequeños y brillantes y boca desdentada, emergió de entre los barriles de grasa que se apiñaban en la factoría del puerto, con las n JUGANDOSE LA PIELLas velas se hincharon al viento y el Alabama cabeceó lentamente al variar el rumbo hacia el puerto de Matagorda. Duke Corey se asomó poco a poco por debajo de la lona que cubr LA BUSCADORA DE LÍOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA CABEZA DE MURRIETAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA CALLE DE LA VIOLENCIAKaren Marsh ya había llegado a su destino. A Silver Mountain. Tiró de las bridas del carromato ante la oficina del marshall. Karen se dijo que su aspecto no debía ser bueno des LA CARAVANA FANTASMAWooker, sheriff de Cavern City, abrió la puerta de la oficina y entró silbando. Era un hombre de unos cuarenta y cinco años, de rostro avinagrado. Pero ahora se le veía radiant LA CARGA DE LOS DESESPERADOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA CIUDAD PERVERSAEl despacho en que entró contenía dos mesas, dos sillones, tres sillas, un fichero metálico, una percha, una papelera, una máquina de escribir y una rubia. Skip era dueño del l LA COSA QUE VINO DE VENUSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. LA COSA QUE VINO DE VENUS En vísperas de la primera expedición a Ven LA CUADRILLA DE LOS HOMBRES PERDIDOSRobert Morgan, un excombatiente confederado, y sus tres compañeros llegan a Santa Margarita (Nuevo México) para apoderarse de un tesoro escondido durante la guerra. Una banda d LA CULPA FUE DEL CABALLOElmer Hunter se detuvo delante de los billares de Jimmy y escuchó el chasquido de las bolas que partía del interior. Entró al ver que sólo dos mesas estaban ocupadas, cada una LA DAMA NO QUIERE MORIRLa primavera tardaba en llegar. Hacía mucho frío en Nueva York. Los meteorólogos de tres periódicos pronosticaban que nevaría aquel día. Otros dos decían que el descenso de tem LA ESCORIA DE SAM RUGGLESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA FIESTA DEL TERRORDetuve el coche en la estación de servicio que había a la entrada de la calle Principal. Bien, ya había llegado a Centerville. Las palabras de mi amigo Tony Lake resonaron en m LA GARRA OS SALUDA—Eres un escarabajo, Sullivan. No le contesté. Yo estaba viendo una colección de sellos. Una serie muy bonita lanzada por un país árabe. Al director del servicio de Correos de LA GARRA SINIESTRAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA GATA DE VALLE SECOCharles Wayne apuró el vaso de licor y cuando lo paladeaba, escuchó una voz a sus espaldas: —Le estamos apuntando con los revólveres, Wayne. Charles dejó el vaso y empezó a vol LA GRAN VENGANZAAquella tarde los diarios lanzaron ediciones especiales para dar la noticia. A partir de las cuatro, las emisoras de Radio y de TV interrumpieron sus programas para comunicar l LA HIJA DEL SENADORLa banda de música empezó a interpretar con brío una marcha mientras el pueblo de Union City, teniendo al frente a las autoridades, vitoreaba en el andén cuando el convoy de vi LA HISTORIA DE BILL, «EL MELENAS»Eran tres vaqueros los que hablaban. Jack, Patrick y Mel, que trabajaban en el rancho Perkins. Habían ido al pueblo, Parker West, a comprar unas provisiones en el almacén. Y co LA HISTORIA DE FRANK «EL GORDO»—¿Cuánta gente ha venido para presenciar la salida de Frank el Gordo? —preguntó Alex Burke, alcaide de la penitenciaría de Tucson. —Demasiada —le contestó Mark Staford, su ayud LA HISTORIA DE HARRY «EL BÍGAMO»Keith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA HISTORIA DE JACK, «EL GUAPO»—Has cumplido tu condena, Rock —dijo el alcaide de la penitenciaría de Tucson, William Blackford. El hombre que tenía delante de la mesa, Rock Barnes, sonrió y dijo: —Tres años LA HISTORIA DE JIM «OJOS RIRUEÑOS»-Eh, abuelo, ¿cómo se llama este pueblo? El hombre, que preguntaba era rubio, de veinticinco años, ojos claros. Llevaba un gran bigote que le cubría casi la boca. El interrogad LA HISTORIA DE JOE «WHISKY»—¿Quieres un whisky, Joe? —Sí. —Estupendo, quedas invitado. —Gracias, Bill, eres un buen amigo. Joe caminó hacia el mostrador del Saloon Delancy. LA HISTORIA DE MARY «LA YEGUA»Keith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA HISTORIA DE SALLY, «PIERNAS DE SEDA»Nancy Moore entró llorando en su casa. En aquel momento, su abuela había bajado la escalera y se dirigía hacia el salón. Pero se detuvo al oír los sollozos de su nieta. —¿Qué t LA HOMBRÍA Y EL CORAJEJim Price se dejó caer del caballo en el momento en que sonaba el disparo, y la bala de rifle pasó por encima de él, perdiéndose en la lejanía con un agudo lamento. Extrajo el LA HORA DE LA MUERTEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA LEY DE LOS FUERTESEl cielo estaba cubierto a trechos por nubes que el viento empujaba hacia el noroeste. El sol todavía calentaba poco. La niebla que durante la madrugada se había adherido a la LA LOCURA DEL DOCTOR ZLas tres mujeres que hablaban tenían los ojos fijos en el muerto que contenía la caja. Luego, las tres salieron de la habitación al living. Allí estaba la viuda con un pañuelit LA MINA PERDIDADan Hammer, sheriff de Bonny Creek, se levantó el cuello de piel de oso y salió de la esquina embistiendo el aire frío que bajaba de las montañas, pero así y todo el viento cor LA MONTAÑA MALDITAFred Hayes caminaba por la acera de la calle principal de Culver City en dirección al *saloon* La Alegría de Texas cuando de pronto las puertas de éste se abrieron, un hombre s LA MUERTE DE SANDRAHay dos cosas que un hombre debe hacer antes de morirse. Luchar por una buena causa y amar a una mujer. Yo estaba poniendo ahora todo mi empeño en el segundo aspecto de la cues LA MUERTE LLEGARÁ A LAS SEISEra mi quinceavo día de estancia en el hospital. Esta vez me habían llevado allí para desalojarme la bala que un bastardo me había metido en la pantorrilla. Un año atrás, fuero LA MUERTE RÍEDan Powell, de veintiocho años y aspecto atlético, entró en la habitación 22 del hotel La Gaviota y arrugó la nariz. —Lo que más me disgusta en San Francisco son estos hoteles LA MUERTE SE VISTE DE NOVIAJimmy Rogers frisaba los veintiocho años y poseía un cuerpo ágil y un rostro de facciones granujientas, pero simpáticas. Mickey Donovan frisaba los treinta y cinco años y había LA MUERTE TOCA LA ARMÓNICAJeff Sutton quiso esconderse, pero antes de que pudiera hacerlo fue visto por Rose, una de las beldades del Abilene Saloon.—¡Eh, tú, grandísimo bribón…!Jeff se estremeció como LA MUJER DEL FUGITIVOBen White, comisario de Lake Spring, oyó que se abría la puerta de su oficina y alzó los ojos. —¡Clem Forester! —exclamó al ver a su visitante. Clem Forester frisaba en los tre LA NOCHE DE LOS MONSTRUOSTres mujeres y dos hombres salieron de la «Taberna del Holandés», en París. Ellos estaban borrachos. —Hasta mañana —dijo una de las muchachas. —Eh, Nicole, ¿es que te vas a ir? LA NOCHE DE LOS SALVAJESDean Cushing, de veintinueve años, moreno y de recia constitución física, abrió la puerta del consultorio y arrojó el maletín de doctor. —Buenos días, señorita Parker —saludó a LA OFERTA DE UN COBARDEEl sol caía perpendicularmente sobre el hombre que caminaba por la extensión rocosa con la silla de montar apoyada en la espalda. Era un tipo muy alto, de rostro enjuto, piel m LA OLIMPIADA DE LOS ESPÍASRaymond Duc silbaba una canción mientras se hacía el nudo de la corbata frente al espejo. Tenía una cita con Elke. Era la azafata que había conocido la semana anterior cuando v LA ORDEN FUE: ¡MATAR!Milton Lewis se llevaba el vaso de whisky a los labios cuando sonó un chasquido en la ventana al que siguió un estrépito de cristales rotos y algo golpeó contra el suelo de la LA PAGA DE LOS CONDENADOS—Me voy a escapar de este infierno —dijo Jesse Raymond. —¿Tú, Jesse? ¿Tú te vas a escapar? No me hagas reír —contestó Edmond Quebec. —No puedo soportarlo más. —Yo tampoco lo pu LA PELIRROJA DE SAN FRANCISCOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA REINA DE SAN FRANCISCOTab Fleming empujó los dos mil dólares que tenía ante sí hacia el centro de la mesa. Estaba jugando una partida de póquer con cuatro hombres, pero ahora sólo se enfrentaba con LA RISA DEL ASESINO—Me gusta la ciudad. ¿Y a usted? —preguntó Kate. El conductor del taxi emitió un gruñido. Kate agrandaba los ojos observando por las ventanillas las casas, el tráfico, las acer LA RUBIA DE DODGE CITYKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA RUBIA DEL LÁTIGOIris Allison viajaba en su tílburi, último modelo, de dos caballos. En el pescante iba un cochero inglés, Samuel, que Iris había traído de Londres la primavera pasada. Samuel c LA RUBIA DESAPARECIDAEl encargado del registro, un hombre de cabello aceitoso y ojos saltones, frunció el ceño y se puso a examinar el libro. —¿Ha dicho Varden, señor Maxwell?—Sí.—Lo siento, no ten LA SALIDA DEL INFIERNOAquél era mi funeral. Me habían llevado flores, muchas flores, y se oía una preciosa música de órgano. Era un éxito de público. Habían acudido mis amigos y también había mujere LA SALVAJE JUDY PECASKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA SOGA EN EL CUELLO—¿Está listo el verdugo…? —preguntó el marshall de Flower City, Arnold Masters, a su ayudante Matt Spilling. —A mí me parece que el muchacho está un poco flojo. —¿Qué quieres d LA SOGA Y LA PÓLVORAEdith Powers llegó ante Arthur Doyle, respirando entrecortadamente. —Por fin estás aquí —le sonrió Arthur, un joven de veinte años, de cabello rubio, bien parecido. —No pude ve LA TARDE DEL VIERNESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LA TIGRESA Y YORed Wyler es un detective privado de esos duros e incorruptibles que recibe el encargo de averiguar si están chantajeando a Perla Benson, la hija del magnate de la prensa Frede LA ÚLTIMA CARRERAEl sheriff Charles Windsor se acercó al mostrador del «Saloon Prince» y palmeó con fuerza. —Ponme un buen vaso, Bob. Estoy hecho polvo. Bob, el dueño del local, se le acercó co LAS BRUJAS TAMBIÉN MUERENMark se despidió de otros cuatro compañeros y abandonó el edificio del Star. Le llevó media hora preparar su maleta. No, no iba a Las Vegas ni a Miami. Gracias a un compañero, LAS HIJAS DE NEPTUNOJerry Connors tenía dieciséis años. Trabajaba en San Simeón en un almacén general, pero él vivía a seis millas del pueblo con su madre y otros seis hermanos. Todos los días ten LAS MUJERES PELEAN MEJOREn el espacio exterior, bajo un firmamento tachonado de estrellas, la Tierra se veía muy lejana. El cosmonauta Mike Ladd salió del satélite artificial «Juno-27», que dos semana LAS RUBIAS MUEREN ASÍGary Maughan, de veintiocho años de edad, uno setenta y tres de talla, fornido, de anchos hombros, pecho atlético, rostro de rasgos duros, respirando energía y virilidad por to LAS RUBIAS SON PELIGROSASLos cuatro hombres estaban sentados alrededor de la mesa jugando una partida de «póker».Se habían despojado de las chaquetas y tres de ellos de las pistolas que portaban bajo e LAS TRES HIJAS DE HELENKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LAS VÍBORAS MUERDEN EN VERANOEl hombre tenía los ojos muy abiertos, vidriosos, y las manos agarrotadas en el cuello, de modo que se podía deducir una larga agonía. A sus pies se veía la víbora aplastada y LEYENDA DE UNA MUJER MUERTA—¿Cuánto dinero nos queda, Roy? —preguntó Lou Anders, de treinta y cinco años, alto, fornido, con aspecto de luchador de catch, ocupadas las manos con sendas maletas. —Un dólar LLEGÓ LA VENGANZAEl marshall de Lampasas, Burt Connery, estaba revisando el archivo, poniéndolo al día, cuando debajo de un montón de circulares descubrió una revista francesa. No sabía mucho f LLEGÓ UN CHANTAJISTA—Caballeros —dijo Charlie Castle de pie, ante la mesa en que habían comido quince prohombres de Kansas City—. Es para mí un honor saludar en nombre de todos al homenajeado… Los LLEGÓ UN FORAJIDOBill Mae, un célebre forajido arrepentido y que además pasó un período de cárcel de tres años, llega a la ciudad tejana de Lester City. Su objetivo es hacerse cargo de un ranch LLORA, PISTOLERO, LLORA—Soy un tipo de clase —dijo Arthur Mac Carr—. Ya lo ves, nena. Cuando llegué a esta comarca, hace cinco años, era un don nadie. ¿Qué soy ahora? El dueño de la mayor hacienda, u LO PAGÓ CON SANGREEl policía levantó la sábana. —Échele una ojeada, Don —dijo. Don Benet sacudió la cabeza y observó el cuerpo sin vida que había sobre la mesa de mármol. La cara del muerto esta LOS AHORCADOS DE SAN MATEOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LOS ALEGRES ZORROSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LOS BUITRES DEL OROKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LOS CAÑONES DE CHAVES—Ahí viene ya el gringo —dijo Raúl Moreno. —Déjamelo, lo tumbaré yo —repuso Eleuterio Gómez. —Mi puntería es más buena. —Pero estás casi borracho… —¿Yo borracho…? ¡Estás loco, LOS CUERVOS SE REÚNENNO me gustó ninguno de los dos tipos que entraron en mi despacho. Yo estaba pensando en Mary, una rubia estupenda que iba a caer en el bote. Había quedado con ella citado para LOS DESESPERADOSPierre Laffite contempló desde la cumbre del monte el campamento que se levantaba abajo en la orilla del lago Aberdeen. Sus ojos fueron contando las tiendas de piel de búfalo y LOS DÓLARES DEL HOMBRE MUERTOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LOS DOS CEREBROSS DE SULLIVANKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Estudió el bachillerato en el instituto “Luis Vives”. Terminado con LOS EMBAUCADORESMax Mulligan contempló el cielo azul. Iba a hacer un día de calor. Observó las dos aceras de la calle por donde circulaban ríos de gente. Aquel era el primer día del rodeo y lo LOS FRÍOS SENDEROS DEL CRIMEN—¿Adónde vas, Fred? —A la oficina. —¿A estas horas? —Son las seis. Estoy citado con el jefe de contabilidad. Hay unos números que no cuadran. Es importante que resuelva el prob LOS HOMBRES DE LA CUARTA DIMENSIÓNJohn Emerson se inclinó sobre su mujer y la besó en la comisura de la boca. Se habían casado aquella mañana en un pueblecito del estado de Nueva York y ahora estaban volando ha LOS NUEVOS PISTOLEROSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, LOS PIRATAS DE SAN FRANCISCOAquella noche en la Costa Bárbara de San Francisco la gente se apiñaba en las calles. Muchos ciudadanos llevaban pancartas en las que se leía: queremos para alcalde a Norman De LOS REBELDES DE SIERRA MADREAlan Morris viajaba en el pescante del carro, mientras cantaba una canción. Estaba circulando por un estrecho camino que serpenteaba por la montaña. El paisaje era desolador. S LOS SEIS DEDOS DEL DIABLOEl día tocaba a su fin. El cielo tenía un color plomizo. Unas finas gotas de lluvia salpicaban al grupo reunido en el pequeño cementerio de Cedar Rock. Todos se ajustaron los i LUNA DE MIEL CON LA MUERTE—¡Vivan los novios…! Carroll y Richard salieron de la iglesia y sobre ellos cayó una lluvia de arroz. Las amigas de Carroll chillaban y aplaudían. La tía de Carroll, Suzanne, e MAC, EL FUGITIVOEl juez David Parkinton leía ávidamente el legajo y, a medida que avanzaba en la lectura, su frente arrugada se iba cubriendo de gotas de sudor. Alargó una mano temblorosa y po MAGDA «LA DULCE»—¡Jefe noticia bomba! —El niño del juez ha echado los dientes. —No, el sietemesino ése no echa un diente ni para un remedio. —Ya sé, Tony. La señora Harris logró adelgazar con MALA HIERBA NUNCA MUERE—Ya vienen los cuatreros. —Y traen el ganado robado. —Los atacaremos cuando lleguen al valle. —Esto está demasiado lejos. Pueden escaparse. ¿No creéis? —No, no escaparán. Se ha MAÑANA LLEGA «JESSE JAMES»Nancy había cumplido los veintitrés años y era morena, rostro bellísimo, ojos grandes, verdes, nariz recta y boca de labios carnosos. Trabajaba para la Union Pacific lo mismo q MAÑANA SE ACABA EL MUNDOJohn Adams, director del Star, levantó su copa llena de champaña. —Caballeros —dijo—, ha sido un honor para mi contar entre mis redactores a Burt Finney… Las crónicas que nos e MARCADO CON FUEGOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, MÁS DIFÍCIL TODAVÍASe estaba celebrando una importante recepción en el más suntuoso salón de un hotel de París. Haciendo un alto en la guerra fría, para probar la buena voluntad de todos, se habí MASACRE EN FLORIDABruno Shelby vio llegar a la pelirroja en su descapotable. Durante los cuatro últimos días había tenido la esperanza de que eso volvería a ocurrir. Y todo sucedió como la prime MAU-MAUReedición de la primera novela publicada por Keith luger para Bruguera, el nº 160 de esta misma colección, del año 1953. Mau Mau es una novela policiaca ambientada en los terri ME CASÉ CON UN VAMPIROLa novela comienza con la boda entre la explosiva Janine Dupont y el aburguesado Jonathan Deming, apenas un mes después de conocerse. El matrimonio viajará desde Nueva York al MI ENCANTADORA ASESINAYO tenía cinco mil machacantes. Cinco mil pavos, hermano. Una buena manada y juré que me iba a pegar la gran vida durante quince días. ¿Las Vegas? ¿Miami? ¿El Lago Tahoe? Había MI MUERTE FUE UNA FIESTAAquel día era el de mi boda. Sí, hermano, me iba a casar. Yo, un tipo con veintiocho años, guapo, simpático, me iba a casar. Yo, Steve Murray, investigador privado, perdón, el MI PISTOLA ES MI NOVIAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, MI TÍA Y EL JUGADORKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, MIL CARASCharles Milton, propietario del mejor rancho de la comarca de Cedar City, se disponía a penetrar en el almacén de Harold Schell para preguntar acerca de su pedido de maquinaria MISIÓN PARA DOS SUICIDASEl silbato hendía el aire advirtiendo el peligro. El humo había comenzado a verse en el pabellón número cuatro. Los empleados salieron precipitadamente y corrieron hacia la exp MORIR ES UN MAL ASUNTOEstaba metido en un horno y el horno se llamaba Roma. Era un 3 de junio. Había llegado a la capital italiana dos días antes, contratado por un tipo que dijo llamarse Nino Marti MORIRÉ ESTA NOCHEFrené a tiempo para no atropellar al tipo. Era noche oscura pero lo había visto a la luz de los faros mientras él cruzaba la carretera. Por fortuna yo no iba a mucha velocidad. MUERA EN HONG-KONG, ES MÁS BARATOUna joven dama llamada Judith, después de un incidente con un buscavidas llamado Larry Sutton en una casa con bonitas chicas japonesas, lo contrata, para buscar a su marido, de MUÉRASE Y EL RESTO ES «COSA NOSTRA»Oscar Ketchum era el propietario de la empresa de pompas fúnebres El Valle de Josafat, en Los Ángeles, California. Su negocio era próspero porque era un hombre simpático, amabl MUERTE A PLAZOSJim oyó el golpe que Temple daba en el teléfono cortando la comunicación y él también colgó. Regresó a su alcoba y se metió en el cuarto de baño. Se lavó la cara y cepillóse lo MUERTE A SANGRE FRÍAFrank Connors entró en su oficina con una mano en la cabeza. Cerró los ojos y se tambaleó. Tuvo que apoyarse en la mesa donde se encontraba su secretaria Susan Martin. Ella, un MUERTE DE UN PODEROSODuke O’Hara hizo una pausa. Estaba a la cabecera de la mesa, de pie. Tenía ya cincuenta años y era robusto, de fuerte constitución, cabello rojo encrespado, cejas espesas y ojo MUERTE DE UNA MUJER SEDUCTORALos periodistas habían invadido la oficina del investigador privado David Murray. Las tres hermosas y bellas secretarias de Murray trataban de imponer orden en aquella jaula de MUERTE DE UNA PELIRROJASolté una risita. Pero no tenía ningún motivo para reír. El caballo «Sugar» ni tan siquiera se había colocado en la tercera de Jamaica: Lo decía aquel diario que tenía sobre la MUERTE EN UN DÍA DE LLUVIALa lluvia caía sobre el cementerio. Un cortejo fúnebre avanzaba por uno de los caminos, flanqueado por las sepulturas, ahora limpias por el agua. Cuatro individuos de negro por MUERTE PARA LOS HOWARDPaul saltó del caballo y entró en la calle Mayor de Southville por primera vez en su vida. El local de Alfred se destacaba por otro letrero colocado perpendicularmente sobre la MUERTE PARA UN JUEZFarley Overman estaba bebiendo el segundo vaso de whisky cuando la puerta del reservado se abrió dando paso a un hombre alto, huesudo, de cabello negro y ojos intensamente azul MURIERON DE DOS EN DOSJess Farwell se despertó bruscamente cuando el carromato dio la sacudida al encontrar el bache. El instinto le hizo correr rápidamente la mano hacia, el revólver. Se asomó, por MURIÓ TRES VECESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, MUY ALTO, MUY RUBIO, MUY MUERTOLa novela ofrece la llegada a su casa de un ilustre cirujano, para encontrarse en su dormitorio el cadáver de un donjuán, antiguo prometido de su mujer, y que seguía revolotean NEGOCIOS CON PLOMOJeremy Scott, de cuarenta y cinco años, director de la Banda de Música «Abilene», arrojó la batuta contra la pared y gritó con rabia: —¡Basta! ¡Que se vaya todo al infierno!… L NEGRO ES EL TERRORJeanne Laurent está casada con un prestigioso ingeniero, lleva una vida tranquila en una casa cercana a la capital francesa y su vida parece perfecta. Pero no es así. Víctima d NEVADA «EL DURO»Keith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, NIDO DE RATASLas puertas del Odesa Saloon se abrieron, y un tropel de gente salió a la calle. En el centro del grupo, un hombre maniatado era objeto de la ira de los que le rodeaban. Ten dr NO FUE DEMASIADO TARDETed Kendall se bajó el ala del sombrero para ocultar el buen humor que se traslucía en su rostro anguloso y en sus ojos azules y miró a su amigo Bob Dandridge en silencio, al e NO HABRÁ SALVACIÓN PARA TIEl sheriff de Tubac, David O’Brien, oyó que la puerta se abría y alzó los ojos. En la estancia penetró un hombre de unos, veintisiete años, de cabello negro y tez tostada por e NO HAY PERDÓN PARA LOS TRAIDORESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, NO TENGO ARMASEl sheriff de Wall City, Stanley Burks se puso las manos junto a boca para amplificar su voz y gritó: —¡Eh, Harrison...! ¿Me oyes? Transcurrieron unos segundos sin que nadie vi NOCHES DE AMOR Y CRIMENLa fiesta estaba en su apogeo. El anfitrión era Vance Watson, el productor de películas, y hacía aquel gasto para celebrar que al día siguiente daría el primer golpe de manivel NOCHES DE WHISKY Y PLOMOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, OJOS ASESINOSDan Madison se abrió paso a viva fuerza entre la gente que atestaba las aceras de la Avenida Kensington, de San Francisco. Algunos transeúntes le dirigieron agrias miradas o le OJOS DE FORAJIDOEcharon mano a las pistolas. Mike Brown pegó un tremendo salto, por encima del caballo que tiraba del arado. Las balas que escupieron los revólveres manejados por los tres jine OJOS DE GATA—Por favor, señorita Turner, he de ver al señor Gorman —dijo Kitty Sader a la mujer que se hallaba tras la mesa, una secretaria que parecía encamar toda la eficiencia del mundo OJOS DE VÍBORARichard Holmes entró en el saloon El Dorado, de Sugar City. Fue todo un espectáculo ver como las girls corrían hacia él, dejando incluso a los clientes. —¡Es Richard! El hombre OLOR A PÓLVORAFranck Bekker, Breck Quine y Chick Leigh se encontraban sentados a una mesa del saloon El Dorado, de Abilene. Aquel mismo día, al amanecer, habían llegado juntos con diez cow-b ONCE MILLONES Y UNA MUJERAva Anders tiró con todas sus fuerzas de las riendas, pero se dio cuenta de que con ello no podría conseguir nada. Los dos caballos de la calesa se habían desbocado al cruzarse OPERACIÓN: PLOMO CALIENTEDetrás de la mesa había una rubita de ojos verdes, nariz respingona y senos menudos, pero firmes. —Soy Kenneth Forrest —le dije.Abatió sus pestañas postizas y las volvió a leva ORDEN: ACABEN CON LOS TERRÍCOLASMi nombre es Pierre Bresson y soy guionista de cine. Muchos de ustedes envidiarán mi profesión, pero, si supiesen lo que eso significa, estarían conformes con lo que tienen. Po ORO ESCONDIDOLa bala rebotó un poco más abajo de donde se hallaba Max Watson y fue a perderse en el vacío, con un zumbido siniestro. Max sintió en su rostro las esquirlas de piedra y soltó ORO PARA UNA MUJERKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, PAGO BIEN POR RUBIA PLATINOJoan Mathison había terminado de cenar. No pudo esperar a su patrón, Orson Travis, más conocido por el Mago Cagliostro. Había tenido un buen motivo para ello. Hambre. La verdad PARA PIANO Y REVOLVERKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, PARAÍSO EN LLAMASEra media mañana. La diligencia corría por la calle mayor de Paradise, convertida en un lodazal. La gente transitaba por las aceras construidas deprisa con tablones demasiado e PASARÉ A MATARLA A LAS 9Danielle Duval oyó que llamaban a la puerta de su dormitorio. Se había acostado después de comer. —Adelante. Era su doncella Monique, que traía un ramo de flores. Danielle se l PELIGRO DE MUERTE EN ROCKER HILLKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, PERLAS SANGRIENTASMike Goyman, de sesenta y dos años, pequeño de cuerpo y cara muy arrugada, procuró correr hacia el embarcadero, pero las piernas apenas le obedecían. Se volvió y dijo por encim PLANETA DE MUJERESVio algo que le pareció increíble. La señorita Addison se estaba encogiendo. Toda ella se reducía, y el tejido del que estaba formado su vestido se mezclaba con su carne y con PLEGARIA DE UN MORIBUNDOJeanne Reynolds contempló el cielo a través de la ventana. Estaba cubierto por gruesas nubes, pero, de todas formas, iría al desfile de modelos con su amiga Pascale Andrié. Hab PRIMER PREMIO: UNA FOSALou Bates creía que se volvería loco de un momento a otro. Otra vez estaba cantando la huéspeda de al lado, y siempre entonaba la misma canción. Lou se había aprendido ya la le PROMESA A UN HOMBRE MUERTOChristian Morgan penetró en La Espuela de Plata y se detuvo en el umbral, echando una mirada por el saloon. Descubrió enseguida a la rubia Shirley que hacía compañía en una mes PROMESA DE PISTOLEROEl alcalde Coe Barry extendió la mirada por el parque e hinchó el pecho orgullosamente, —…Y he aquí, señoras y caballeros, el mejor Zoológico del Estado. El Zoológico de Abe Ci PURA DINAMITAHacía un día muy caluroso. Eran las doce de la mañana y no soplaba la más ligera brisa del mar. James Nelson se detuvo un instante y pasó el dedo índice de la diestra por el cu QUE ME ENTIERREN DONDE CAIGA MI SOMBREROCharles Orrin acarició el cuello de la mexicana Dolores. —Nena, te voy a comprar un collar. —¿De perlas? —¿Por qué sois tan exigentes las mujeres? No están los tiempos para com RÁPIDO, SALVAJE Y PELEÓNKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, REBELIÓN EN ARGELIAGastón Bossier, dueño de «La Taberna de Bona», agrandó los ojos tras el mostrador contemplando a los tres soldados de la Legión Extranjera Francesa que, habiendo irrumpido en s RECUÉRDAME Y MUERE—Tengo hambre —dijo Lou Bates. —Nos dejaremos caer por la oficina de Patrick Furness —contestó Duke Martin—. El nos adelantará un par de dólares. —¿Hay alguien que tenga tan ne REFUGIO DE CRIMINALESEl establecimiento parecía servir de bar y almacén y ostentaba un letrero que rezaba: “Habitaciones”. Talbot cruzó la calle y cuando llegó al otro lado, ante la puerta de la ca REGUERO DE SANGREPrimero era el clarinete con sus notas agudas, largas. Luego, el saxofón, más tarde solo el piano y después el ritmo trepidante de la batería. De pronto, a este se unió un golp RELEVO DE UN SHERIFF VIEJO—Damas y caballeros —dijo Gregory Tabor, alcalde de SugarLand, Texas—, hoy es un día triste para este pueblo. El representante, de la ley, nuestro sheriff, Frank Holden, deja s REQUIEM POR UN CAPATAZJoe Rusell despertó bajo la sensación de que la cabeza se le iba a caer al suelo. Instintivamente la sujetó con las manos. La luz que entraba a raudales por la ventana le hirió RESES AHOGADASBoris Leman, rubio, de treinta y ocho años, ojos verdes y fuerte constitución, detuvo el carruaje al introducirse en la pinada. —¿Te gusta esto, nena? La morena respiró el arom RETO A UN VIEJO PISTOLEROEl sheriff de Arlington, Ray Connors, estaba poniendo en orden unos papeles sobre la mesa, en la oficina, cuando entró su ayudante Frank Sutton, —Jefe, noticias. —¿Respecto a q RETO A UNA CIUDADMike Lennon vuelve a la ciudad de Templetown, después de pasar cinco años trabajando para una compañía holandesa de petróleos en la lejana isla de Borneo. Su intención es inves REVUELTA EN EL SUDÁNEl tren se detuvo resoplando en la estación de Juba, capital de Ecuatoria, la provincia meridional del Sudán. Richard Winter, de veintisiete años de edad, uno setenta y ocho de RIFIFI EN MIAMITommy Runyon se afeitaba con la maquinilla eléctrica frente al espejo. Hizo chasquear la lengua y desconectó el aparato. Mientras cruzaba el living, el timbre volvió a sonar.—E RÍO AMARILLOFrancis Hull, *sheriff* de Los Álamos, vio salir a Kay Stevens del almacén de Jefferson. Hacía tres meses que no veía a la hija de Stevens y ahora comprendió por qué el nombre ROBIN DE TEXASKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, RUBIAS Y BALAZOSLa respiración del moribundo se hacía cada vez más penosa. Thomas Freeman se hallaba en el lecho, con los ojos cerrados y la boca abierta. Desde hacía varios días estaba luchan SATÁN VA AL OESTEKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, SE MATAN MUJERES POR POCO PRECIORobert Leigh había pertenecido al grupo de escritores que en la década del cincuenta recibieron el nombre de «hombres en cólera». Los comienzos de Robert habían sido buenos. Ha SE TIÑERON DE ROJOLa rubia tenía lo suyo y lo de una prima hermana, y ya saben lo que quiero decir con esto. Se cubría con un vestido de noche sin breteles y toda ella era una sinfonía en blanco SE TRASPASA GUN-MANKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, SECRETO PARA FORAJIDOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, SECUESTRO DE UNA MILLONARIALa chicharra de la sala de visita se puso a zumbar. Una sombra se proyectó sobre el vidrio esmerilado de la puerta y finalmente, ésta se abrió. No; no era ningún cliente. El te SI MUERO, PREGUNTEN POR WADEJohnny Riley, de doce años, delgado, rostro pecoso y piernas largas, apuntó con el cuchillo hacia el blanco que había trazado sobre el tronco y lo lanzó. El cuchillo dio cerca SIETE GRANUJASLa locomotora entró en la estación de Heart City, soltando chorros de vapor por ambos lados, y los topes de los vagones entrechocaron ruidosamente al comenzar a detenerse el co SÓLO UN AVENTURERODos muchachos mexicanos, a la entrada del pueblo, contemplaban aquel desfile impávido, sin pronunciar palabra. Eran los restos del ejército del emperador Maximiliano batido en SOY UN TIPO DUROYo había ido a aquel bar de Canal Street a hacer un trabajo por cuenta de un cliente. Éste era una mujer casada a la que un antiguo novio había sacado algún dinero amenazándole SU DELICADA ESPOSAAdan McKae frisaba en los veintiocho años de edad y era alto, rostro de facciones simpáticas, ojos vivaces, cabello negro. Contrastaba mucho con su amigo Tom Winton, un tipo gr SU MUERTO NO LA OLVIDAUrsula Welman se dio unos toquecitos de esencia en las orejas. Se miró en el espejo y éste le devolvió su imagen. Tenía veintitrés años y era bonita y hermosa. Y aquella noche, SUSAN DEBE MORIR—¿Puedo pasar, Jocelyn? —Sí, querida. Susan Barclay entró en el dormitorio de su madrastra. Jocelyn peinaba su cabello rojizo frente al espejo. Era una mujer bella, de treinta TE MATARÉ A MEDIANOCHE, QUERIDANat Markins entró como un ciclón en la habitación treinta y cuatro del hotel «La Concordia» y gritó: —¡Jim, seré famoso! ¡Seré millonario! Se detuvo porque estaba hablando al v TELEGRAMA DE UN MUERTO—La acompaño en el sentimiento, señorita Dove. —Reciba usted mi completa adhesión ante la desgracia que la aflige… —Henry Skelly era un gran hombre, señorita Dove. Es una pérdi TERROR EN BULL-CREEKKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, TIEMPO PARA MATARMarc Lapierre se sentía como un animal acorralado. Sabía que iba a morir. Sólo un milagro podía salvarlo.Pero Marc era el primero en saber que los milagros ocurrían con muy poc TIERRA CONDENADALa lluvia cala sobre el rostro del cadáver y las gotas se unían deslizándose por la nariz y los pómulos hasta el suelo. La luz del farol teñía de un color verdoso la epidermis TODOS LO QUERÍAN MUERTOEL timbre del teléfono empezó a sonar justamente cuando me disponía a abandonar el despacho. Tenía ya el sombrero puesto sobre la cabeza y la cartera en la mano. Bueno, ¿quién TODOS SEREMOS HIPNOTIZADOS,Keith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. TODOS SEREMOS HIPNOTIZADOS Trató de apartar la mirada de los ojos de TONY LANE ES PELIGROSOTony Lane tenía veintiocho años, el cabello rubio, los ojos azules, y había cursado estudios en la mejor escuela de todos los tiempos, la Escuela de la Vida. Era simpático, lea TORBELLINO DE EMOCIONESYul Niven se frotaba vigorosamente con la toalla después de haber salido del baño cuando sonó el teléfono. Fue al «living» y alcanzó el auricular. —¿Señor Niven? —inquirió a la TRABAJO PELIGROSOJimmy Madison abrió la puerta y se coló en el apartamento, deteniendo la mirada en su amigo Romo Silver, quien se levantó de un salto de la cama, exclamando: —¡Jimmy! —Sí, soy TRÁGICO BOTÍNMartin Audax, moreno, de ojos negros, sesenta y cinco kilogramos de músculos y huesos embutidos en un traje tropical color setas a la napolitana, pasó el brazo por la cintura d TRAS EL RASTROKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, TREN PARA EL INFIERNODavid Pullmer, sheriff de Hereford, salió a la puerta de la oficina y entornó los ojos al contemplar la desierta plaza bañada por los brillantes rayos del sol. El vaho caliente TRES BASTARDOS Y MEDIOEl sheriff se subió a la peña y, desde allí, desparramó la mirada sobre las cabezas de los reunidos. —Vecinos de Palmer City —dijo con la voz cargada de emoción—. El día que ju TRES CABEZAS PARA EL VERDUGOLewis era pobre, pero con el tiempo sería el heredero del «Pip Ranch» de Salina, Kansas. O al menos todo lo hacía suponer así. Anna, que había puesto sus ojos en el vaquero, lo TRES CARAS TIENE LA MUERTELos transeúntes se fueron arremolinando en torno al caballo que Hugh Queen traía de las riendas y en cuya silla se balanceaba, atravesado, el cadáver de un hombre. La puerta de TRES CUELLOS PARA LA HORCACharles Franckey, sheriff de Mosquero, vio abrirse la puerta de la oficina. Su ayudante, Emile Masón, cerró a sus espaldas y avanzó hacia la mesa. —Buenos días, sheriff. —¿Dorm TRES DÍAS DE CÓLERAJohnny Halley descabalgó frente a la oficina de correo de la Wells & Fargo y lanzó una ojeada al interior. El empleado estaba solo y ordenaba las cartas como si ejecutara un so TRES HOMBRES VAN A MORIRLa puerta de la celda chirrió al abrirse. El ayudante del alguacil dio un empujón al detenido hacia el interior. —¡Y cuidado con armar escándalo! —advirtió ominosamente. El hom TRES PATAS PARA UN BANCORoffy Adams, de sesenta años, sesenta kilos de peso y un metro sesenta de talla, empujó los batientes del bar y se acercó resueltamente al mostrador. —Eh, mozo. Sírvame rápido TWIST PARA EL ASESINO—Me puse en camino en cuanto llegó tu telegrama —dijo Jim Crowley. —Es lo que esperaba de ti —contestó Ronald Madden. —Faltó poco para que mi coche volcase en el trayecto al ae UN ARMARIO MACABROMadeleine Lalou dio un suspiro de alivio. Por fin había llegado. El anuncio decía: «Motel Servan. Tres kilómetros». Madeleine había pasado la mañana pintando, bajo un sol de fu UN AS EN LA MANGA—Tú no me quieres, Doris —dijo Sammy Hans. —Lo has acertado, tipo listo. Así que lo mejor es que des media vuelta y te largues. Me está esperando la clientela abajo. Sammy Hans UN ATAÚD COMO OBSEQUIORené Bretón observó el gran cartel que había colocado sobre la puerta del salón del hotel Paradis, dedicado especialmente a asambleas: «Cuarto Congreso Internacional de Mutilad UN ATAÚD DE MIL DÓLARES—Eh, señor Huston, usted nos debe trescientos dólares —dijo Jim Mac Queen. —Olvídalo. —No puedo olvidarlo. Usted nos engañó. Dijo que nos pagaría diez centavos más por res si l UN ATAÚD PARA DESCANSARCliff Williams se encontraba en compañía de una girl, en el saloon Alegría, Mucha Alegría de Clipper Rock. Cliff Williams era moreno, simpático, de ojos negros y, cuando sonreí UN ATAÚD PARA EL CHICOJohn Dolan miró a través de las vidrieras y vio a la mujer que acababa de llegar a la esquina. —Apuesto a que Matt y Mary se han peleado otra vez —dijo el anciano sentado al ot UN AVE DE PASOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN CABALLERO DE VIRGINIAEl tren se detuvo en la estación de Grand Saline con entrechocar de vagones y resoplidos de la máquina. Dos hombres descendieron al andén y tres se dispusieron a iniciar su via UN CADÁVER EN LA SOMBRAElizabeth Carroll lanzó un grito de terror cuando el vampiro se encaminó hacia ella. —¡Socorro, Peter! —Peter no está aquí —le contestó el vampiro. —Estaba hace un momento. —Yo UN CADÁVER ESPERAMe largó un beso por el tubo. Anna es así de expresiva. Colgué y me puse a fumar. Siempre me pasa lo mismo. Cuando termino un caso y no tengo nada que hacer, llamo a Anna. No e UN CARADURA EN EL OESTE—¿Cuánto falta para que empiece el año 1870, Freddie? —preguntó Bill Gum, casi gritando para hacerse oír por encima del terrible alboroto que reinaba en el comedor del Maxim’s UN CASO SIN IMPORTANCIALa señora Martin era mi cliente y la casa que veía ahora en la colina a través de mi parabrisas le pertenecía. Yo no conocía a la señora Martin. La noche anterior me había llam UN CASTILLO CON VAMPIROBILL LESSER había querido ver el lugar donde habían matado al presidente Kennedy. Ya que se encontraba en Dallas, habría sido imperdonable que no echase un vistazo al sitio exa UN CENTAVO POR MI VIDA—Buenas tardes —dijo unavoz.Di un respingo en lasilla, despertándome. Apenas hacía diez minutos que me había dormido. Observé al tipo queestaba delante. No, no lo había oído ll UN CICLÓN LLAMADO ANAPor fin, había llegado el día en que iba a comenzar mis vacaciones. Nevaba en Nueva York, pero yo no iba a pasar mis vacaciones en Nueva York, sino en la playa de Waikiki, en H UN CRIMEN Y UN BESOMe acerqué a la puerta, puse la mano en el pomo, lo hice girar y penetré en el interior, al tiempo que se oía un fuerte campanilleo. Era una tienda parecida a todas las de su c UN EXPLOSIVO LLAMADO JANE—Yo soy una Morgan y cuando una Morgan quiere una cosa, lo consigue pese a quien pese… ¡Compra ese ferrocarril! Quien hablaba así era Jane Morgan, de veintisiete años de edad, UN EXTRAÑO PERFUME A CADÁVERTom Dike, de casi dos metros de talla, cien kilos de peso en paños menores y ciento dos con el traje que ahora llevaba puesto, entró en la pequeña oficina que compartía con su UN FORASTERO EN APUROSCuatro hombres estaban sentados en un banco cerca de la puerta del *saloon* Gibbons, en Jasper City. Estaban adormilados porque eran las primeras horas de la tarde. De pronto s UN GRANUJA PARA MARY—Necesito un granuja —dijo Mary Robbins. Su abuelo, Spencer Robbins, dio un respingo. —¿Para qué necesitas un granuja? —Para casarme con él. —Mary, ¿te has vuelto loca? —Nunca UN GUN-MAN BUENOEl carcelero abrió la puerta de la celda e hizo tintinear las llaves porque observó que el hombre que había en el jergón no se movía. —¡Eh, Spoker! —llamó. El llamado Spoker so UN GUN-MAN DE OJOS VERDESSamantha Fisher tenía veintitrés años y Dorothy dieciocho. Samantha era hermosa y bella, cabello y ojos negros, busto desarrollado, cintura estrecha y largas piernas. Estaba da UN HOMBRE POR UN DÓLARHal Kelton reía el chiste que le había contado la girl que estaba sentada con él a la mesa del saloon. En aquel momento llegó un muchacho ante Hal Kelton. —¿Es usted el señor K UN INFIERNO DE HERMOSAS MUJERES—NENE, ¿me das un trago? —me dijo la rubia. —Yo no soy un nene. Tengo veintiocho años. Y ejerzo la profesión de investigador privado. Dejé hace mucho tiempo el chupete y ahora UN LORD UN POCO ARISTÓCRATAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN MUERTO DE MUCHA CLASELos faros del coche iluminaban la carretera desierta. Jean Meyers apretaba a fondo el acelerador. Debía llegar a Niza a medianoche. De pronto un relámpago iluminó el cielo y em UN NEGOCIO ALGO VIOLENTOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN PILLO Y DOS REVÓLVERESSeñor alcalde, acabamos de llegar a la conclusión tácita de que Álamo Springs es una ciudad intachable, de costumbres sanas y más sanos principios morales. Pero, desgraciadamen UN PISTOLERO LLAMADO CASANOVAEl sheriff de Jefferson City, Mike Rawson, estaba siendo enjabonado por el barbero Arthur Hilton. —Sheriff —dijo Arthur tras un carraspeo—, ¿qué tal le va con la viuda Smith? E UN PISTOLERO MUY FINOEl saloon Perla Blanca, de Forrestville, parecía un hervidero. Era sábado y el lleno era completo. Se bebía whisky, se jugaba a los naipes y, de cuando en cuando, estallaba un UN POKER DE TUNANTESKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN PUÑADO DE CARADURASEl abuelo de Iris, Elmer Wallace, tenía sesenta años y también él vestía con elegancia, con un traje gris y un sombrero blanco. Parecía realmente lo que aparentaba ser. Un viej UN PURA SANGREKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN REVÓLVER EN EL PANTANOEl individuo braceó frenéticamente para alcanzar el tronco podrido que flotaba en el agua fangosa, pero sólo consiguió hundirse más en la blanda masa del pantano. Pulgada a pul UN REVÓLVER EN LA ESPALDAEl coronel Pinkerton, director jefe de la agencia de detectives del mismo nombre, observó al hombre que tenía ante sí. —Siéntese, señor Tobey. —Perdone, coronel, pero tengo alg UN REVÓLVER PELIGROSOOscar Mortimer, de sesenta años y sesenta kilos de peso, escuchó el estruendo de la vidriera del bar y se apartó vivamente al ver salir por el hueco un cuerpo humano que fue a UN SAFARI PARA CAZARME—Eh, Duke, tengo hambre —dijo Lou Bates. —Pronto comeremos. —Lo mismo dijiste ayer… ¿Te das cuenta, Duke? Casi han pasado veinticuatro horas. Tengo la sensación de que en mi es UN SEPULTURERO BUFÓNKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN SHERIFF EN VACACIONES—Jefe, qué vacaciones se va a cascar. —No sé si marcharme. —Pero ¿qué está diciendo? Ha pensado en sus vacaciones durante todo el invierno. —Sí, es cierto, pero aquí hago falta UN TIPO BROMISTAGregory Upton, rubio, de cuarenta y cinco años y aspecto atlético, despertó bruscamente y alargó la mano hacia el revólver que descansaba en la mesa de noche. Cuando ya estaba UN TIPO CON RECURSOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN TRÉBOL DE CUATRO MUERTESMe despertó el timbre de la puerta, y me di a todos los diablos. Puse los pies en el suelo y creí que la cabeza se me iba a desprender del cuello. Tenía en mi boca la sensación UN VALIENTE Y UN CONEJOKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UN «PAN» CON MUCHA MIGAMike Chamban empujó la puerta del cuarto 232 y encontró la cama ocupada por su socio. —Muy bonito, Leo. Yo tratando de conseguir una botella de whisky para los dos y tú haciénd UNA ASESINA EN MI CASACorría el año de 1625. Estaba oscureciendo. Un relámpago iluminó el cielo de nubes negras. Un carruaje circulaba velozmente por una estrecha carretera, por la región de las Mon UNA BALA TE SALUDAKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, UNA CAMELIA ROJAEl teniente Mark Clyde, de la Brigada de Homicidios, estrechó la mano de su superior, el capitán Hannock. —Hasta la vuelta, capitán. —Se ganó bien las vacaciones, Mark. ¿Dónde UNA CHICA EXPLOSIVADuke Morgan, rubio, de treinta y ocho años, vio abrirse la puerta de su oficina de Gestiones Varias y, antes de saber quién era el visitante, echó mano del revólver del cajón d UNA CIGARRA CANTA TU MUERTESimone miró a su compañero de viaje. Había dicho llamarse Roger Lebrun. En realidad, sólo hacía dos minutos que había empezado a hablar con ella porque él pasó la mayor parte d UNA DUCHA FRÍA Y UN MUERTO CALIENTEYo tenía que marcharme de mi ciudad, o alguien me iba a machacar la cabeza. Y todo era debido a que una potranca llamada «Lady L» había corrido como una tortuga. Bueno, yo creo UNA FOSA PARA TIRoy Kent se detuvo en el umbral de la oficina del sheriff se apoyó en el marco, y con su elevada estatura llenó el hueco de la puerta. Estaba cerca de los treinta años y era mo UNA GIRL CON MUCHAS CURVAS—¿Sabes lo que te digo, Ken? —dijo Alan Connelly—. Que mañana, en cuanto lleguemos a Abilene, voy a elegir a la girl con más curvas que haya en la ciudad. Su amigo Ken Madison UNA HERENCIA DIFÍCILDonald Cavanangh, de cincuenta y cinco años de edad, cabeza monda como una bola de billar, ojos castaños y barbilla puntiaguda, consultó el reloj encadenado que sacó del bolsil UNA INSIGNIA EN EL PECHO—¡Tú y yo hemos terminado, Red! Los ojos atónitos y verdosos del hombre se entrecerraron al oír aquella rotunda afirmación de la encantadora Sara Corcona. —¿Por qué? ¿Se puede UNA LÁGRIMA POR UN PISTOLERO—Caballeros —dijo Matt Burton—, nos hemos reunido aquí para asaltar el vagón correo de la Union Pacific. Tres hombres le escuchaban y los tres hicieron gestos de perplejidad. E UNA MUJER DE HACE UN MILLÓN DE AÑOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nacido en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Estudió el bachillerato en el instituto “Luis Vives”. Terminado con UNA MUJER EN LA SOMBRAMi jefe, Adam River, esperó a que yo me sentase en el sillón de cuero. Adam andaba por los cincuenta años y era delgado, de ojos pequeños de un color azulado. La nariz aguileña UNA MUJER LLAMADA VENUSMi nombre es Mike Roland y soy investigador privado. No tengo secretaria. Las que contraté me ocasionaron líos. Tuve uno con cierta rubia porque ella no me dijo que estaba casa UNA MUJER PERSEGUIDAÉsa era ella. Me gusta la grafología. Por la letra yo podía adivinar que Paula media uno setenta, tenía una cara bellísima y unos ojos negros como el alquitrán, una boca de lab UNA PELIRROJA DE RECAMBIO—Hijo mío, ten cuidado en París que hay mujeres muy malas —dijo la señora Lefranc. —Sí, mamá. —¿Te llevas la bufanda? —Desde luego. —En los trenes hay corrientes de aire… Abríg UNA PELIRROJA PARA EL DESAYUNORaymond Duc, agente del Deuxiéme Bureau, tomó los binoculares y miró por entre una de las rendijas de la persiana, apuntando hacia la terraza que estaba vigilando. Ya estaba al UNA PELIRROJA Y CIEN MIL DÓLARES—Este barrio es peligroso —dijo Monique Darcel, la institutriz de Elizabeth Garrett, hija del senador Frank Garrett. —No seas tonta, Monique. Resulta excitante. Y no nos va a p UNA RÁFAGA DE PLOMO PARA BEETHOVENEn París, René Bérard, investigador del instituto de Bioquímica, afecto al ministerio francés de Defensa, se encontraba en su laboratorio realizando un ensayo. Oyó pasos a su e UNA RECETA CON PLOMODick Score, rubio de ojos verdes, barbilla hendida y fuerte complexión, se hallaba en el interior de la cueva, apoyado en la pared, con el rifle entre las manos, cuando escuchó UNA VIUDA MUY ALEGREEl barbero de Jefferson City, Walter Boyd, estaba afeitando al ayudante del sheriff, Stephen Rowe. —¿Será tan hermosa como dicen, Stephen? —Mucho más. —¿La viste alguna vez? —N UNA «HIPPIE» CON CIANURO—¿Qué tal estoy, Tony? Ella tenía puesto mi pijama y estaba hecha un bombón. Estaba deliciosa con mi pijama sobre su cuerpo. Desde luego le sobraban dos palmos de mangas, pero UNAS HORAS ANTES DE MORIREl alcaide de la penitenciaría de Houston, Warner Barrow, observó a los cuatro periodistas que acababan de entrar en su despacho. —Bienvenidos, caballeros —dijo. John Mackaill, UNAS MEDIAS ENREJADAS Y UN COLT 45Clyde Baxter, era dueño del *saloon* más importante de Dodge City, el Amarillo; una verdadera mina de oro, se tapó los oídos cuando la rubia hizo un gallo. —¡Al corral con ella UNIDOS POR EL CRIMENAquella mañana del día 30 de enero de mil novecientos cincuenta y seis, estaba nevando en Nueva York, y Mitchell, sin quitarse el sobretodo, corrió a su mesa y abrió el segundo UNO PARA LA HORCATim Farr barría por tercera vez aquella mañana el trozo de acera lindante con la peluquería. Era el trabajo que más le molestaba, pero su patrón, Carroll Larsen, no podía verlo UNO PARA LA SILLAAl llegar a laintersección, un «Ford» sedán se detuvo. Marta habló vivamente con el hombre queiba al volante, y luego volvió la cabeza y le gritó a su madre que aquel señorla i USTED ES UNA FRESCA, BRIGITTEERAN las siete de la tarde y yo estaba ocupado en mi trabajo favorito. Atendía a una rubia. No vayan a creer que se trataba de una rubia cualquiera. Era Anne-Marie Servan, una VACACIONES PARA UN MUERTORuth Anders abrió la ventana y contempló extasiada el mar a mas cien yardas. Cerró los ojos y respiró profundamente. —¿Le gusta, señorita Anders? Abrió los ojos y dio la vuelta VALS PARA UN FORAJIDOEl estruendo de la pianola de cuerda había servido a Mike Nostard para orientarse. Cruzó el umbral y vio un ancho corredor con puertas a derecha e izquierda, que daban a espaci VENENO MÁGICOEn aquella parte del desierto el sol incandescente había blanqueado las arenas y la vegetación apenas existía. Tan sólo unas piedras medio enterradas salpicaban la blanca exten VENENO PARA LA SEÑORAJames Cronin, de treinta años de edad, uno setenta y cinco de estatura, moreno, de rostro bien parecido, embutido en un traje de buen paño, abrió de un tirón la puerta que tení VER A ELSA Y MORIRDon Trévor mostró sus cinco naipes. Era un full de ases. Se había jugado el resto, unos dos mil quinientos dólares, con el tipo macilento que se sentaba enfrente, que respondía VÉRTIGO EN EL CEREBRO—Tenemos que matarla —dijo Pauline. Jean Lacomte tomó a la joven de los hombros y miró su cara. Pauline era muy bella y, sobre todo, seductora. —No sabes lo que dices. —Claro q VIAJANDO CON LA MUERTEEl Natchez se disponía a zarpar del puerto de Saint Louis. Los pasajeros se acodaban en las barandillas que enfrentaban con el muelle. Un gentío enorme había ido a despedir a l VIUDA DE DOS AHORCADOSBuddy Stevenson clavó la mirada en el patíbulo que se alzaba en la plaza y se quedó rígido en la misma puerta de la oficina del sheriff. Tragó saliva y, como le costó mucho esf VOCES QUE AÚLLANWilma Hougron dio la propina al botones que le había subido las maletas.Cuando el muchacho hubo salido de la habitación, Wilma corrió a la terraza y la abrió de par en par.Ante WHISKY PARA HOMBRES SEDIENTOSKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, YO LLENARÉ ESE ATAÚDSe estaba celebrando el funeral por el eterno descanso de Clark Dalton y el acto constituía un gran éxito de público. La sala de ceremonias de Johnson y Johnson, empresa de pom YO MORÍ EL AÑO PASADODavid Fletcher penetró en la comisarla de Centerville. El agente Oswald True, que atendía la centralilla, hizo un saludo con la mano al que Fletcher correspondió de la misma fo YO SOY UN GUN-MANKeith Luger era uno de los seudónimos de Miguel Oliveros Tovar, nació en La Coruña el 17 de marzo de 1924. Su padre, Juan Oliveros Bueno, capitán del cuerpo de sanidad militar, YO, EL ASESINOLa había visto por el rabillo del ojo y aparté la mirada del diario que yo sostenía entre las manos. Sus ojos verdes se fijaron en los míos. Había en su rostro cierto aire soca YO, EL SHERIFFEl sheriff de Spring Valley, Jim Clifford, entró como un huracán en su oficina. —¡La botella! —gritó—. ¿Dónde está la botella? Su ayudante, Sam Elliot, saltó de la silla. —¡Eso