Abogado defensor nos presenta a un joven autor, llamado a los estrados hace unos años bajo su verdadero nombre, que ha escrito una original y emocionante novela con un acertado marco jurídico y unos personajes sagazmente observados. David Adams era tan sólo un abogado de segunda categoría empleado en las cámaras del Temple cuando el azar le deparó la defensa de tres hombres acusados de robo con violencia. El delito era de índole muy común: el robo de una cuantiosa cantidad retirada de un Banco. La policía había ido encadenando los hechos, que gradualmente desembocaron en una serie de pruebas lo bastante consistentes para proceder a una detención. Tras su entrevista con uno de los acusados, Adams viose obligado a rechazar la defensa, y entonces fue cuando tuvo que participar personalmente del ámbito de violencia y sufrimiento creado por el robo. Muy pronto, Adams llegó a la espantable conclusión de que tenía que defender a los presos... y ganar el imposible veredicto de inculpabilidad.