ALBERTO L. PÉREZ : LAS TRES PROMESAS DE BIG-BOY
En la noche del 21 de abril de 183G, la pequeña factoría de Marieta, en el Middle West, ardía en jolgorio y regocijo. Las calles, desde bien temprano, habían amanecido aquella mañana engalanadas con gallardetes y con banderas de la Unión, signo evidente de que algún acontecimiento extraordinario se iba a celebrar o conmemorar... Por la tarde, hubo carreras a pie y a caballo, concursos de tiro, lucha y boxeo y otras mil atracciones y entretenimientos. Pero cuando la fiesta llegó a su mayor esplendor fue durante la noche, en la cual se celebraron bailes animadísimos, tanto en el Casino como en el cafetín del “Gavilán”, los dos únicos locales de esparcimiento con que contaba la factoría.
LAS TRES PROMESAS DE BIG-BOY
En la noche del 21 de abril de 183G, la pequeña factoría de Marieta, en el Middle West, ardía en jolgorio y regocijo. Las calles, desde bien temprano, habían amanecido aquella