ALAIN DEMOUZON : CRÍMENES IMPERFECTOS
Conocí a Cristobalina una de esas mañanas de primavera en que puede ocurrir cualquier cosa. En ese momento yo ignoraba que sería mi esposa. Me había brindado una sonrisa, casi una risa, echando hacia atrás sus bucles dorados, ligeramente fuera de moda. Sus labios eran rojos como los de una muñeca y sus dientes tenían reflejos perlados. En ese momento, por supuesto, yo no soñaba todavía en matarla. Demouzon narra la serie de crímenes que comete su protagonista con extraordinaria vivacidad y el más fino sentido del humor.
CRÍMENES IMPERFECTOS
Conocí a Cristobalina una de esas mañanas de primavera en que puede ocurrir cualquier cosa. En ese momento yo ignoraba que sería mi esposa. Me había brindado una sonrisa, casi