AL GALLARD : DESTINO MANDA
VERA Kellerman parpadeó por unos momentos. Ante ella se abría la vida, aunque de ésta estuviese alejada por un paréntesis de veinticinco años. Cinco lustros apartada de la sociedad; veinticinco lluvias invernales que había visto caer a través de las rejas de su celda; veinticinco años en los cuales no pensó más que en una sola cosa: vengarse. Por la mente de aquella mujer, mientras esperaba que se cumplieran las formalidades burocráticas para que se abriera el último rastrillo que la separaba de la libertad, desfilaron fugazmente, en una ráfaga alucinante, detalles de un pasado que a pesar de lo lejano parecía palpar en la intimidad de sus recuerdos. —¿Nombre? —le preguntó un funcionario de Prisiones, el mismo que habría de franquear la última puerta. Se trataba de una comprobación de los datos personales de la próxima liberta.
DESTINO MANDA
VERA Kellerman parpadeó por unos momentos. Ante ella se abría la vida, aunque de ésta estuviese alejada por un paréntesis de veinticinco años. Cinco lustros apartada de la soci
SANGRE DE PERIODISTA
TIMES Square es quizá uno de los lugares más alegres de Nueva York. En esa plaza convergen casi todos los metropolitanos de la gran ciudad, y por eso, a todas horas y en todo m