AZAELHe vuelto a encontrarlo, al hijo pródigo, tan mundano como cualquiera de los mortales a los que jamás debió acercarse, tan quebrantado como únicamente puede estar lo quien ha p VITAEMorir es inevitable. Pero cuando eres tú quien elige cómo hacerlo, algo de ti mismo permanece vivo para siempre. En el cementerio de Los Fresnos hay un centenar de nichos vacío